Gurmé Sevilla - Verano 2019

ENTREVISTA

Su bocadillo favorito es de… No soy muy de bocadillos pero si tuviera que elegir me quedaría con uno de buena morta- dela italiana. A usted, ¿de qué le dan la lata? De atún y de tomate, son las dos únicas con- servas en lata que uso en El Pimentón. Si se derrama vino en la mesa, ¿qué hace? Me mojo el dedo en el vino y me pongo un poco en el cuello. Es una costumbre italiana y trae buena suerte. Improvise una cena en un periquete… Carpaccio de ternera y una ensalada caprese con aguacates. Su bar de siempre, al que siempre vuelve… Estoy todo el día en El Pimentón y cuando salgo de aquí no suelo ir a otro bar. Prefiero el sofá de mi casa. Una tapa clásica que le da pena que esté desapareciendo. El menudo. Es una receta típica también de donde yo vengo, aunque allí se hace en las casas, es muy difícil encontrarla en los bares. Una tapa moderna que no debería existir. No me gusta el “mucho lirili y poco lerele”, es decir: yo soy de comer y las tapas minúsculas no me van. Sé que hay quien prefiere saborear y no le importa que sean platos pequeños, pero a mí me gusta comer de verdad y eso no me va. El final más dulce que recuerda… El final del embarazo de mi mujer y el naci- miento de mi hija. Un amigo en esta profesión… Todos y ninguno.

Rossano Merlini, propietario de El Pimentón

Al hacer la compra, siempre olvida… Todo lo que no tengo apuntado. Puestos a maridar, ¿con qué no se casa usted? Con quien no respeta su palabra.

¿Quién es?

Abandonó Italia hace casi 20 años y tanto le han gustado las tradiciones sevillanas que ha dejado hasta de comer pasta. Casado con una trianera y padre de una niña, Rossano se siente sevillano, español e italiano, y disfruta con las costumbres de aquí, especialmente con las fiestas de primavera y nuestra gastronomía. En estos años ha sido testigo directo de la evolución que ha vivido la hostelería sevillana y aún recuerda cómo cuando llegó una tapa era “un platito blanco que te tiraban en la barra”. Ha trabajado como pizzero pero en El Pimentón ofrece cocina tradicional andaluza y alguna que otra tapa moderna.

En su mesa nunca falta… Mi mujer y mi niña.

¿Asar, freír o cocer? Cocer, y más que cocer, guisar. Me encantan platos tan típicos de aquí como la cola de toro y la carrillada y apenas como cocina italiana. Puedo pasar medio año sin tomar pizzas y pasta. De todas las especias de la cocina, ¿cuál se llevaría a una isla desierta? Por supuesto el pimentón. Lo más complejo cuando abrí fue encontrar un nombre para el establecimiento, quería algo muy de aquí y en Sevilla el pimentón se utiliza casi para todo, yo lo utilizo hasta para darle un toque de color al plato. En Italia apenas se usa.

Isabel Aguilar Fotos: Tomás Muruaga

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