Biomecánica. Bases del movimiento humano

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CAPÍTULO 5 Anatomía funcional de la extremidad superior

mento coracoclavicular. El rango de movimiento en la AC para elevación y depresión es de aproximadamente 30° (73, 89). Los movimientos escapulares también dependen del movi- miento y la posición de la clavícula. Los movimientos en la articulación esternoclavicular son opuestos a los movimientos en la articulación AC para elevación, depresión, protracción y retracción. Por ejemplo, mientras ocurre elevación en la articulación AC, ocurre depresión en la articulación ester- noclavicular y viceversa. Esto no ocurre en la rotación, dado que la clavícula rota en la misma dirección a lo largo de su longitud. La clavícula rota en diferentes direcciones para ajustarse a los movimientos de la escápula: en forma anterior con la protracción y elevación, y en forma posterior con la retracción y la depresión. Articulación glenohumeral La última articulación del complejo del hombro es la articu­ lación del hombro, o articulación glenohumeral, ilustrada en la figura 5-5. Los movimientos en la articulación del hom- bro están representados por los movimientos del brazo. Ésta es una articulación sinovial de esfera y cavidad que ofrece el mayor rango de movimiento y potencial de movimiento de cualquier articulación en el cuerpo. La articulación contiene una pequeña cavidad poco pro- funda llamada fosa glenoidea . Esta cavidad es sólo de la cuarta parte del tamaño de la cabeza humeral con la que debe embonarse. Una de las razones por la cual la articulación del hombro está adaptada para movilidad extrema es debido a la diferencia de tamaño entre la cabeza humeral y la pequeña fosa glenoidea de la escápula (4). En cualquier momento determinado, sólo 25 a 30% de la cabeza humeral está en con- tacto con la fosa glenoidea, pero esto no necesariamente con- duce a un movimiento excesivo debido a que, en el hombro normal, la cabeza del húmero está restringida dentro de 1 a 2 mm del centro de la cavidad glenoidea por los músculos (75). Estabilidad de la articulación del hombro Debido a que hay mínimo contacto entre la fosa glenoidea y la cabeza del húmero, la articulación del hombro depende en gran medida de las estructuras musculares y ligamentosas para su estabilidad. La estabilidad está dada tanto por com- ponentes estáticos como dinámicos, los cuales proporcionan restricción y guían y mantienen a la cabeza del húmero en la fosa glenoidea (4, 75). Los estabilizadores pasivos estáticos incluyen la superficie articular, el labrum glenoideo, la cápsula articular y los liga- mentos (15, 75). La superficie articular de la fosa glenoidea está ligeramente aplanada y tiene cartílago articular más grueso en la periferia, creando una superficie para la interface con la cabeza humeral. La articulación también está comple- tamente sellada, lo que proporciona succión y resiste la fuerza dislocante con cargas bajas (75). La cavidad articular está profundizada por un borde de fibrocartílago denominado labrum glenoideo . Esta estruc- tura recibe reforzamiento complementario de los ligamentos y tendones que la rodean. El labrum varía de individuo a individuo, e incluso está ausente en algunos casos (68). El labrum glenoideo incrementa el área de contacto a 75% y profundiza la concavidad de la articulación en 5 a 9 mm (75).

La cápsula articular tiene aproximadamente el doble del volumen de la cabeza humeral, permitiendo que el brazo sea elevado a través de un rango de movimiento considerable (29). La cápsula se tensa en varias posiciones extremas y se afloja en el rango medio de movimiento (75). Por ejemplo, la cápsula inferior se tensa en la abducción y rotación externa extremas que se observan al lanzar (32), de igual forma, la cápsula anterosuperior trabaja con los músculos para limitar la traslación inferior y posterior de la cabeza humeral y la cáp- sula posterior limita la traslación humeral posterior cuando el brazo está flexionado y rotado hacia adentro (15). El último grupo de estabilizadores pasivos consiste en los ligamentos (Fig. 5-2). El ligamento coracohumeral se tensa cuando el brazo se aduce, y restringe a la cabeza humeral en su posición en la cavidad glenoidea (75) al restringir la traslación inferior. También previene la traslación posterior del húmero durante los movimientos del brazo y da soporte al peso del brazo. Los tres ligamentos glenohumerales refuerzan la cáp- sula, previenen el desplazamiento anterior de la cabeza hume- ral, y se tensan cuando el hombro rota hacia afuera. El soporte dinámico de la articulación del hombro se da principalmente en la parte media del rango de movimiento, y es proporcionado por los músculos a medida que se con- traen en un patrón coordinado para comprimir la cabeza humeral en la cavidad glenoidea (15). Los músculos del manguito rotador posterior dan una estabilidad posterior significativa, el músculo subescapular proporciona estabili­ dad anterior, la cabeza larga del bíceps braquial previene la traslación anterior y superior de la cabeza humeral, y el deltoides y los otros músculos escapulotorácicos posicionan a la escápula de forma que proporcione la máxima estabilidad glenohumeral (15). Cuando todos los músculos del man- guito rotador se contraen, la cabeza humeral es comprimida hacia la articulación, y con la contracción asimétrica del man- guito rotador, la cabeza humeral es guiada hacia su posición correcta (75). Este grupo muscular también rota y deprime la cabeza humeral durante la elevación del brazo para man- tener a la cabeza humeral en posición. Estos músculos se examinarán más a detalle en una sección posterior. En la parte anterior de la articulación, el apoyo lo da la cápsula, el labrum glenoideo, los ligamentos glenohumerales, tres reforzamientos en la cápsula, el ligamento coracohumeral, fibras del subescapular y el pectoral mayor (78). Estos múscu- los se fusionan en la cápsula articular (29). Tanto el ligamento coracohumeral como el glenohumeral medio dan soporte y sostienen al brazo relajado. También ofrecen soporte funcio- nal a través de la abducción, rotación externa y extensión (43, 73). En forma posterior, la articulación está reforzada por la cápsula, el labrum glenoideo y fibras del redondo menor y del infraespinoso, que también se fusiona con la cápsula.

La cara superior de la articulación del hombro a menudo se denomina zona de atrapamiento. El labrum glenoideo, el ligamento coracohumeral y los músculos, dan soporte en la porción superior de la articulación del hombro, y el supra- espinoso y la cabeza larga del bíceps braquial refuerzan a la cápsula. Por encima del músculo supraespinoso yacen la bursa subacromial y el ligamento coracoacromial. Éstas forman un arco por debajo de la articulación AC. En la figura 5-6 se presenta esta área en una posición típica de atrapamiento. AMPLE

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