Biomecánica. Bases del movimiento humano

147

CAPÍTULO 5 Anatomía funcional de la extremidad superior

complejo del hombro y el antebrazo. La articulación del codo también actúa como un punto de apoyo para el antebrazo, permitiendo tanto un agarre poderoso como el movimiento fino de la mano (24). CARACTERÍSTICAS ANATÓMICAS Y FUNCIONALES DE LAS ARTICULACIONES DEL CODO El codo se considera una articulación estable, con integridad estructural, un buen soporte ligamentoso, y un buen soporte muscular (41). El codo tiene tres articulaciones que permiten el movimiento entre los tres huesos del brazo y el antebrazo (húmero, cúbito y radio). El movimiento entre el antebra- zo y el brazo tiene lugar en las articulaciones cubitohumeral y radiohumeral, y los movimientos entre el radio y el cúbito tienen lugar en las articulaciones radiocubitales (73). Las referencias en el radio y el cúbito, y en las articulaciones cubi- tohumeral, radiohumeral y radiocubital distal se muestran en la figura 5-16. Articulación cubitohumeral La articulación cubitohumeral es la que está entre el cúbito y el húmero y es la principal articulación contribuyente a la flexión y extensión del antebrazo. La articulación es la unión entre la tróclea con forma de cuchara en el extremo distal del húmero y la escotadura troclear en el cúbito. En la parte frontal del cúbito se encuentra la apófisis coronoides , que hace contacto con la fosa coronoidea del húmero, limitando la flexión en la variedad terminal del movimiento. Del mismo modo, en la parte posterior del cúbito es el proceso del olécranon , que entra en contacto con la fosa del olécranon del húmero, terminando la extensión. Un individuo que puede hiperextender la articulación del codo puede tener un olécranon pequeño o una fosa olecraniana grande, lo que permite mayor extensión antes de que ocurra el contacto. La escotadura troclear del cúbito se adapta a la tróclea de forma ajustada, ofreciendo una buena estabilidad estruc- tural. La tróclea está cubierta por cartílago articular sobre las superficies anterior, inferior y posterior, y es asimétrica, con una proyección posterior oblicua (87). En la posición extendida, la tróclea asimétrica crea una angulación en el cúbito en forma lateral a la que se le denomina posición en valgo. Éste es llamado ángulo de carga y va de 10 a 15° en hombres y de 15 a 25° en mujeres (58, 87). La medición del ángulo de carga se muestra en la figura 5-17. A medida que el antebrazo se flexiona, esta posición en valgo se reduce y puede incluso resultar en una posición en varo con la extensión completa (24). Articulación radiohumeral La segunda articulación que participa en la flexión y extensión del antebrazo es la articulación radiohumeral . En el extremo distal del húmero está la superficie articular para esta articu­ lación, el capitulum , que tiene forma esferoidal y está cubierto por cartílago en las superficies anterior e inferior. La parte superior de la cabeza radial, que es redonda, hace contacto con el capitulum , permitiendo el movimiento radial alrededor del húmero durante la flexión y extensión. El capitulum actúa

como contrafuerte para la compresión lateral y otras fuerzas rotacionales absorbidas durante el lanzamiento y otros movi- mientos rápidos del antebrazo. Articulación radiocubital La tercera articulación, la radiocubital, estabiliza el movi- miento entre el radio y el cúbito en pronación y supinación . Existen de hecho dos articulaciones radiocubitales, la supe- rior en la región de la articulación del codo y la inferior cerca de la muñeca. Además, a medio camino entre el codo y la muñeca se encuentra otra conexión fibrosa entre el radio y el cúbito, identificada por algunos como una tercera articu- lación radiocubital. La articulación radiocubital superior o proximal consiste en la articulación entre la cabeza del radio y la fosa del radio del lado del cúbito. La cabeza radial rota en un anillo fibro- so-óseo y puede girar tanto a favor como en contra de las manecillas del reloj, creando movimiento del radio con rela- ción al cúbito (12). En la posición neutral, el radio y el cúbito yacen uno junto al otro, pero en la pronación completa, el radio cruza sobre el cúbito en forma diagonal. A medida que el radio cruza en pronación, el extremo distal del cúbito se mueve en forma lateral. En la supinación ocurre lo opuesto. Hay una membrana interósea que conecta al radio con el cúbito y que corre a lo largo de la longitud de ambos huesos. Esta fascia incrementa el área para la unión muscular y asegura que el radio y el cúbito mantengan una relación específica uno con otro. Ochenta por ciento de las fuerzas compresivas típicamente se aplican sobre el radio, y la mem- brana interósea transmite fuerzas recibidas en forma distal desde el radio hacia el cúbito. La membrana se tensa en una posición semiprona (12). Dos últimos componentes estructurales en la región del codo son los epicóndilos medial y lateral . Éstos son refe- rencias prominentes en los lados medial y lateral del húmero. El epicóndilo lateral actúa como sitio de unión para los ligamentos laterales y los músculos supinador y extensor del antebrazo, y el epicóndilo medial da cabida a los ligamentos mediales y a los flexores y pronadores del antebrazo (1). Estas extensiones del húmero también son sitios comunes de lesión por sobreuso.

Ligamentos y estabilidad articular La articulación del codo tiene soporte en los lados medial y lateral a base de ligamentos colaterales. El ligamento colateral medial (LCM) o cubital, conecta al cúbito con el húmero, y ofrece soporte y resistencia al estrés en valgo impuesto sobre la articulación del codo. El apoyo en la dirección de valgo es muy importante en la articulación del codo debido a que la mayoría de las fuerzas se dirigen en forma medial, creando una fuerza de valgo. La banda anterior del LCM se tensa en la extensión, y la banda posterior se relaja en la extensión, pero incrementa su tensión con la flexión (1, 69). En conse- cuencia, el LCM está tenso en todas las posiciones articulares. Si se lesiona el LCM, la cabeza radial se vuelve importante para proporcionar estabilidad cuando se aplica una fuerza en valgo (4). Los músculos flexores-pronadores que se originan en el epicóndilo medial también proporcionan estabilización dinámica sobre la parte medial del codo (70). AMPLE

Made with FlippingBook - Online catalogs