ABC PROVINCIA 01-11-2016

8 ABC DE LA PROVINCIA

ABC

abcdesevilla.es/provincia MARTES, 1 DE NOVIEMBRE DE 2016

Campiña de Morón y Marchena

moron-marchena@abcdesevilla.es

MORÓN DE LA FRONTERA

LA PUEBLA DE CAZALLA

hoy mismo en el Complejo Deporti- vo Municipal Alameda a las doce del mediodía. El partido, además, enfren- tará a los veteranos de la U. D. Morón y del Real Betis. Habrá servicio de ba- rra con precios populares y un par- que de ocio infantil.

rá con este reconocimiento que os- tenta desde 2012. Este sello no solo reconoce las buenas prácticas del Ayuntamiento de la localidad, sino de todo el tejido asociativo, educa- cional e institucional de La Puebla de Cazalla.

La hermandad de la Buena Muerte de Morón de la Frontera ha organi- zado un partido benéfico para la bol- sa de caridad de la hermandad. Será Partido benéfico con los veteranos del Betis

La Puebla de Cazalla ha renovado la distinción de Ciudad Amiga de la In- fancia que otorga UNICEF. De esta forma, la localidadmorisca continua- La Puebla, ciudad amiga de la infancia

MARCHENA

Juan XXIII, una «ecoescuela»

pionera a la que le llueven los premios

∑ Desde 1991 apuestan con éxito por un modelo educativo ecológico

Excelencia en educación

En las paredes de la sala de espera para acceder a la zona de dirección ya no queda espacio para colgar los numerosos premios y recono- cimientos que el centro ha ido acumulando a lo largo de estos últimos años. Muchos de ellos, además, «han llegado por sorpresa, ya que no nos presentamos a ningún tipo de concurso ni nada», admiten. El último es uno de los que más ha llamado la atención. «Viene de Zaragoza, una asociación que ha querido reconocer nuestras buenas prácticas en el respeto a los animales», comenta Antonio Mérida, «algo que vino por sorpresa». En la mayoría de las ocasiones, los premios vienen por las buenas noticias que genera el Juan XXIII, y de todas partes: desde asociacio- nes al Ayuntamiento de Marchena, pasando por la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía. Esta otorgó en 2015 el Premio a la Excelencia por sus buenas prácticas educativas.

JUAN LUIS MÁRMOL MARCHENA

Uno de los grandes males que azota al mundo en la época actual tiene mu- cho que ver con el daño producido al medio ambiente durante décadas. Ma- las prácticas o el derroche excesivo de los recursos naturales afectan a la vida del planeta. No obstante, hay lugares en los que todavía es posible encon- trar un poco de esperanza. Uno de ellos se encuentra en Mar- chena. Es el colegio Juan XXIII. Se tra- ta de una «ecoescuela», esto es, la edu- cación medioambiental como parte fundamental de la vida en el colegio. «Nosotros somos pioneros en este sen- tido», explica Maribel Jiménez, direc- tora de este centro desde 1992. Ella lle- gó poco después de que el personal docente comenzase a apostar por este modelo educativo, «que lo hacíamos antes incluso de que llegasen los pro- gramas de ecoescuelas de la Unión Eu- ropea». Ayuda humanitaria Aquí el respeto por la naturaleza trans- forma la vida diaria del colegio hasta en los más ínfimos detalles. Desde alumnos que apagan las luces que se encuentren encendidas sin que nadie les diga nada hasta el reciclaje; los pa- peles en los que los profesores tienen que firmar el parte de asistencia son hojas de propaganda electoral reutili- zada. «Ser una ecoescuela vertebra todo

para las casas e «incluso para el bie- nestar de algunos enfermos». Pero el grueso de la producción se destina a la ayuda humanitaria. Son muchas conductas que «luego lo ponen en práctica en su casa, de for- ma continuada, no con campañas ais- ladas sobre el reciclaje. Y es algo que se consigue con el tiempo», explica An- tonio Mérida, coordinador del progra- ma ecoescuela desde que comenzó la actividad. «Cuando pasan las distintas gene- raciones, escuchando siempre lo mis- mo, y con sus familias viviendo acti- vidades y las propuestas que se hacen con la educación ambiental, se cam- bia la sociedad». Y ya no sólo para los alumnos del colegio y sus familias: también el propio barrio en el que se encuentra enclavado el centro ha cam-

el trabajo del centro: en las clases hay contenedores para separar la basura, porque los niños, los primeros minu- tos del recreo los pasan en la clase de- sayunando». Así, se puede ver a niños de tres y cuatro años depositando la basura en los contenedores que co- rresponde sin que necesiten ayuda de los docentes. Y, por supuesto, también marca los proyectos educativos de un centro que también es bilingüe. Muchos proyec- tos educativos son medioambienta- les. Algunos puntuales (los alumnos plantan árboles, ya sea en el propio co- legio o en sus campos, si los tienen) y otras se realizan cada año. Una de las actividades estelares es, sin lugar a du- das, la fabricación de jabón. Cerca de 1.500 kilos, de los cuales se emplea una parte para limpiar el propio centro,

Hábitos sostenibles Esta cultura está tan arraigada que se ven a alumnos de 4 años apagando las luces

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