SIGUIENDO HUELLAS II

EL TORCAL

Piedra del cretáceo se levanta, sobre la blanca niebla,

nublando tras de sí millones de años, en sierra Mágina, haciendo magia, con flor de almendro que el sendero puebla, donde jilguero canta, y de su eco en frenesí, me contagia, esa euforia que supera los daños, aunque a veces a mi cuerpo hace presa, si el tiempo tanto pesa. Dejarán esta Tierra, millones como yo, y El Torcal…testigo; pero hoy a salto corazón voy a Cuadros, camino…La Fresneda. ¡Valga mi ilusión vencer en la guerra! En la senda hacia la muerte que sigo, si estos pasos sin piedad son taladros, que clavan a vereda, mi cuerpo ya cansado… Aquí quedo en mi ánimo, ya extasiado.

Pueblo, olivos y alguna cornicabra, sobre dehesa verde, bajo muralla de natural roca, donde las águilas trepan en vuelos, y el rugir del viento se hace palabra, del rumor que se pierde, de olvidado pastor jugando a la oca, con rey de los consuelos, en este reino sin trabas, sin prisas;

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