Mayores_Cadiz_Numero_01

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EXPERIENCIAS PERSONALES

La historia de vida de Ángeles Peña

ÁNGELES PEÑA UED El Hogar del Abuelo

vorses Campeón, allí fui tele- fonista. También la recuerdo como una buena época. Después de esto me casé. Las cosas no fueron lo que se dice bien y todo acabó en divorcio. Fruto de mi matrimonio tengo dos hijos maravillosos. Soy muy feliz a su lado y le doy gracias a Dios por eso y por todo lo bueno que me ha dado porque tengo una gran familia. Ahora tengo otra familia aparte de la sanguínea. Ven- go todos los días a El Hogar del Abuelo. Es un centro de día en el que pasamos la mañana y parte de la tar- de, realizamos actividades y he hecho bastantes lazos amistosos con compañeros y personal del centro. Juntos

Antiguamente las cosas eran muy diferentes a las actuales. Tuve una infancia muy feliz, siempre me he sentido muy bien y querida por los que me rodeaban. Cuando mu- rió mi abuelo yo tenía nueve años y entonces las cosas fueron a menos. Mi abuelo era una persona fabulosa y sufrí mucho su pérdida. Recuerdo que a los 11 años mi familia me puso a coser y cuando aprendí el oficio, a los 13 años, entré en una empresa (Jerez In- dustrial) a trabajar. Tengo re- cuerdos fabulosos de aque- lla época. Pasados los años me cam- bié de empresa, pasé a Eu-

Ángeles Peña

compartimos experiencias y buenos ratos. También nos apoyamos cuando las cosas no van bien y siempre hay al- guien que nos escucha. Gracias a todo lo anterior puedo decir que he sido muy

go mi compañera Agustina, que vive sola y que sin la Uni- dad de Estancia Diurna pasa- ría el día en casa encerrada. Es además invidente, pero por nuestras descripciones y los olores ha podido imagi- nar el lugar donde se encon- traba. Ella aprovechó para ha- cerse una foto sola. La última que tengo era recién viuda y parecía una vieja, ahora me siento mejor a pesar de tener 83 años. Me reía por dentro recor- dando un verano en que mi hermano trabajó en un bar en la playa y se quejaba de los coros de mujeres porque cada una pedía una cosa y no paraban de hablar. Ahora era yo una de ellas. feliz y sigo siéndolo. Espe- ro haber podido transmitir esta buena energía a todo el mundo y deseo que todos seamos felices y veamos la parte positiva de todo lo que nos pasa.

Desayunos en la playa

VICENTA GUTIÉRREZ Residencia Virgen de la Caridad de Sanlúcar

Hacía mucho que no iba a ningún chiringuito, mi vida antes de ingresar en el cen- tro era muy tonta, sin inten- ciones. Estaba entre per- sonas enfermas y salíamos muy poco a la calle. Recordaba la playa, mu- chas veces estuve en ella, perome encantó volver. ¡Qué bonita la marea baja, las pie- dras en la orilla y el agua en su inmensidad! En cuanto al desayuno,

Desayuno en la playa al que asistió Vicenta

qué buena está la manteca colorá, y nunca había pro- bado el pan con mantequilla

y trozos de jamón, que está delicioso. También ha venido conmi-

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