Cinco poetas

MARVIN G. SOTO

han cedido ante la maquinaria absurda de la productividad...

ha hecho endebles mis rodillas por las precipitadas envestidas de sus días...

Los lazos de las múltiples ocupaciones han atado el corcel de mis versos...

Ingrato yo que mermado por las muchas cosas he desistido de mi esencia...

Mis fuerzas han mermado en mis arduas luchas por desatarme del pretil de mis labores...

¿Hasta cuando el azote mundanal de las trivialidades de lo superfluo de lo ligero perseguirá mi existencia? No me quiero numérico, un código... quiero mi alma libre como en mis días infantes al calor del campo de los pies descalzos de los caminos de tierra y de guayabas y de jocotes y de alegrías sin fin... humanizado...

Mi alma gime, mi corazón fallece, todo mi ser lucha

por devolverle a mi espíritu su viva existencia de poeta...

Destinos... Ingrato el destino... ha desencadenado sus huestes para doblegar mis fuerzas...

Ingrata la vida, aunque bella...

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