ESPECIAL 20 AÑOS ABC CÓRDOBA 24-10-2020

Pablo García Baena

El patriarca de las letras El premio Príncipe de Asturias desarrolló una larga carrera poética desde Cántico, que lo significó como una influencia en generaciones más jóvenes

TEXTO R. RUIZ / FOTO VALERIO MERINO

S i Antonio Gala ha tenido la fama, a Pablo García Bae- na le tocó el prestigio, el re- conocimiento de sumagis- terio en generaciones más jóvenes. También, la memoria de una Córdo- ba que es ya inexistente. La conside- ración de autor mayor nacido en una ciudad pequeña de la que tuvo que marcharse para expandir sus hori- zontes. En la que nació en 1923, en un patio de la calle Parras, y en la quemu- rió un 14 de enero de 2018, con la sa- lud quebrada de la edad pero con una prodigiosa memoria, depositario de una Córdoba personal que siempre in- tentó defender con la voz de autori- dad que siempre se le reconoció. García Baena fue miembro funda- dor de Cántico, un experimento de

modernidad en la España más oscu- ra. El grupo publicó en 1947 la revis- ta de ese nombre a raíz de un fracaso: el del premio Adonais conseguido por José Hierro. De esa publicación litera- ria, que tuvo dos etapas, el grupo poé- tico formado por García Baena, Ricar- do Molina, Julio Aumente, Juan Ber- nier, Mario López, Miguel del Moral, Vicente Núñez, Pepe de Miguel y Gi- nés Liébana, que es el único testigo vivo. De la revista, se ha destacado que produjo una reinvidicación tempra- na de la Generación del 27. De la pro- ducción poética y artística, queda una reivindicación de la sensualidad y del intimismo, de la belleza de la lengua. En 1984, García Baena consiguió el Premio Príncipe de Asturias de las Le- tras que sería su galardón más sona-

do, aunque no el único. En su biblio- grafía, ya habría títulos mayores de su producción poética como «Antiguo muchacho». Entre los premios que co- sechó, figuran el Reina Sofía de Poe- sía Iberoamericana o el Internacional de Poesía García Lorca. Profundamente enamorado de Cór- doba y sus costumbres, García Baena fue Hijo Predilecto de Andalucía y Me- dalla de la Ciudad de la que se convir- tió en un defensor de la Semana San- ta y los ritos religiosos que aparecen en su poesía de forma constante. Ade- más, desarrolló una colaboración con la Consejería de Cultura de la Junta que, más que política, fue de aliento intelectual como director de la Comi- sión Asesora del Centro Andaluz de las Letras.

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