GURME SEVILLA - PRIMAVERA 2019

ENTREVISTA

¿Qué aprendió en los años junto a Rogelio Gómez? Él me enseñó muchas cosas de la profesión, como a cortar jamón, pero sobre todo educa- ción, paciencia y respeto. Lo más importante que me inculcó es que cada día se aprenden cosas nuevas en este negocio. ¿En qué ha cambiado Trifón desde que entró? Antes estaba más enfocado a la venta de ul- tramarinos y poco a poco se ha centrado más en su faceta hostelera, lo que ha hecho que se amplíe la barra, que era demasiado pequeña. ¿También ha cambiado el público? Ahora viene más gente joven que antes, por- que la zona de Plaza Nueva está llena de bares de copas y eso hace que la gente quede aquí para comer algo y luego se vaya de marcha. Aunque lo cierto es que sigue viniendo mucho cliente de toda la vida, porque he visto crecer a muchos niños que venían con sus padres y ahora siguen viniendo con sus amigos.

Detrás de la barra...

Domingo Cordero comenzó a trabajar a los 17 años en Trifón y aún recuerda esos primeros días en que incluso se perdía por el centro de Sevilla intentando llegar a la calle Jimios. Su padre trabajaba en El Ven- torrillo Canario de Santiponce, de donde era la familia, y vio con buenos ojos que el chico se iniciara en un sitio de solera como La Flor de Toranzo. Allí Rogelio Gómez le enseñó las claves del oficio, que aunque mantiene su esencia ha sabido actualizarse con los años. ¿Cómo ha sido su evolución profesional en estos 20 años? Entré y era el ayudante del ayudante del dependiente, es decir, el que abría la reja por la mañana y el que hacía los zumos de naranja... Poco a poco fui haciendo más cosas y crecien- do tras la barra.

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