LIR Neurociencia

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6. Panorama y organización del tallo cerebral

A. Bulbo raquídeo El bulbo raquídeo (médula oblonga) es la continuación rostral del inicio de la médula espinal a nivel del foramen magno. Descansa en la porción basilar del hueso occipital. Su extremo rostral se funde con el puente en un surco claramente visible. Los surcos de la médula espinal continúan con los de la superficie del raquídeo (surcos medio anterior, anterolate- ral, posterolateral y medio posterior [figura 6.3]). 1. Superficie anterior−información motora:  lateral a la fisura media anterior, son visibles dos elevaciones longitudinales, las pirámides ( véase la figura 6.3). Estas contienen fibras motoras de los haces descendentes corticoespinal y corticobulbar . Las fibras corticoes- pinales viajan de la corteza motora a las neuronas motoras inferiores en el asta anterior de la médula espinal. La mayoría de estas fibras cruza la línea media en la región caudal del bulbo. Nótese que la fisura media en la superficie anterior del bulbo está interrumpida por el cruce de estas fibras corticoespinales (la decusación de las pirá- mides ). En contraste, las fibras corticobulbares viajan bilateralmente a las neuronas motoras inferiores de los núcleos de nervios craneales en el tallo cerebral. Lateral a las pirámides, a nivel de la región rostral del bulbo, se encuentran unas protuberancias ovaladas denominadas olivas ( véase la figura 6.3). Estas indican la posición del complejo nuclear olivar inferior subyacente. Entre las pirámides y las olivas, en el surco anterolateral, emerge una serie de raicillas para formar el nervio hipogloso (NC XII) . Posterior a las olivas, en el surco posterola- teral (sin rótulo identificatorio, véase la figura 6.5), emerge otra serie de raicillas para formar los nervios glosofaríngeo (NC IX) , vago (NC X) y accesorio (NC XI) (figura 6.4; véase también la figura 6.3). 2. Superficie posterior−información sensitiva:  en la superficie poste- rior, el bulbo raquídeo se divide en una porción cerrada y una abierta (figura 6.5; véase también la figura 6.3). La porción cerrada , o caudal del bulbo raquídeo contiene la extensión rostral del conducto cen- tral de la médula espinal. En su superficie posterior, las columnas posteriores , que contienen los fascículos gracilis y cuneiforme , son visibles como un par de elevaciones longitudinales separadas por el surco intermedio posterior pequeño. Las columnas posterio- res forman el techo del conducto central ( véase la figura 6.3). En la región abierta , o rostral del bulbo raquídeo , el conducto central se ensancha para formar el cuarto ventrículo, que se extiende en dirección rostral hacia el puente. Aquí, el piso del cuarto ventrículo forma la superficie posterior del bulbo raquídeo abierto. La unión entre el bulbo cerrado y abierto está marcada por el óbex , en forma de V ( véanse las figuras 6.3 y 6.5).

Los pedúnculos cerebelosos inferiores surgen de la superficie posterior de la región rostral del bulbo. El velo bulbar inferior , una capa fina de piamadre y epéndimo, se adhiere a la superficie inferior del cerebelo entre los pedúnculos cerebelosos inferiores, formando el techo y sellando el cuarto ventrículo. El plexo coroideo del cuarto ventrículo ( véase el capí- tulo 3, “Panorama del sistema nervioso periférico”), que secreta líquido cefalorraquídeo, se forma por el epéndimo del velo bulbar inferior. Los fascículos gracilis y cuneiforme continúan desde la médula espinal y terminan en sus núcleos respectivos, los núcleos gracilis y cunei- forme . Estos núcleos son visibles en la superficie como los tubérculos gracilis y cuneiforme ( véanse las figuras 6.3 y 6.5). AMPLE

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