Sevilla. Taller de Mayores 4. 17-10-2017

17 de octubre de 2017 Número 4

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EXPERIENCIAS PERSONALES

Rafael Halcón, de la UED El Cerro, nos relata su experiencia en este centro Un manitas en casa

Boda de Francisco y Encarna El 26 de abril se casaron en compañía de

Yo siempre he sido un ma- nitas y me propusieron ha- cer manualidades un poco más difíciles, así que me he dedicado a hacer maquetas de diferentes objetos (avio- nes, barcos, coches…) y poco a poco hemos ido haciendo cosas más complicadas como una torre Eiffel y ahora estoy haciendo ¡la Torre del Oro de ladrillos! Como me llevo muy bien con todos los compañeros y veo que algunos tienen pro- blemas más complicados que los míos, de vez en cuando fabrico objetos que les sirvan para practicar con las manos, la memoria… A ellos les gusta

mucho y a mí más poder ayu- darlos a que hagan ejercicios. Me siento muy satisfecho de ayudar a todos ellos. Para mí, acudir al centro ha sido un acierto, me ha ayudado a salir de casa, rela-

lo de la muerte de mi esposa, me he sentido muy arropado. Cuando llega el fin de se- mana estoy deseando que vuelva a ser lunes para ver a mis amigos y a los trabajado- res que me hacen pasar muy buenos momentos. Para terminar, me gustaría dar dos consejos: Tenemos que ser amables con los compañeros y con la familia. Lo que damos es lo que recibiremos. Tenemos que mantener- nos activos y en movimiento. El sentarse en un sillón no nos ayuda, la vejez no la dan los años, sino la forma de ver la vida.

familiares y compañeros

RAFAEL HALCÓN UED El Cerro de Sevilla

Centro Residencial de El Saucejo

Tenemos que mantenernos activos

Mi nombre es Rafael, tengo 85 años y me gustaría conta- ros mí día a día en el Centro de Día El Cerro, al que acudo desde hace dos años. Quisiera empezar con- tando algo sobre mí: Nací en Triana en el año 1931. Como muchos de vosotros, pasé las desavenencias de la épo- ca, pero crecí siendo un niño feliz y responsable. Duran- te mi vida he trabajado en muchos sitios: en talleres de fontanería, de hojalata… y, por último, tuvimos mi mu- jer y yo una tintorería donde realizábamos muchos traba- jos para las hermandades de Semana Santa, la cual me apasiona. Desde hace dos años acu- do todos los días a la que, para mí, es mi segunda casa. Mis hijos me animaron a ve- nir porque estaba muy triste en casa, casi todos los días sin salir porque me faltan las dos piernas. Al principio es- taba nervioso porque no sa- bía lo que era un centro para personas mayores, pero me recibieron todos muy bien, tanto el personal como los compañeros. Pude ver que cada día ha- cíamos gimnasia. ¡Hasta yo podía hacerla! Luego hacía- mos más actividades para ejercitar la memoria, la escri- tura, las matemáticas y tam- bién hacíamos manualidades.

El 26 de abril tuvo lugar en nuestro centro de El Sauce- jo el enlace matrimonial de Francisco y de Encarna, de 95 y 85 años de edad res- pectivamente. La boda fue preparada por el personal del centro con mucha ilusión. Se encar- gó el ramo de la novia, que fue entregado por el geren- te del centro y también el ra- millete del novio. Después, los compañeros del centro acompañaron a los novios a la parroquia. Un momento muy emo- tivo fue cuando Encarna, la novia, hizo entrega de su ramo a la Virgen del Carmen.

cionarme con más personas en la misma o diferente situa- ción a la mía y también me ha ayudado a sobrellevar el due-

Francisco y Encarna en el día de su boda

A la salida de la Iglesia no faltaron el típico arroz, los pétalos y los vítores «¡Vivan los novios!» que desean feli- cidad a la nueva pareja. Nuestro centro les prepa- ró un banquete, donde no sólo participaron sus com-

volando. En este momento estoy leyendo «Acqua Alta». Trata de la investigación de un crimen y os recomiendo que la leáis. El mejor momento del día es cuando me visitan mis hi- jos y mis nietos, que lo hacen pañeros, sino que estuvie- ron apoyados por sus fami- liares más allegados. La noche terminó con un brindis de champán y el baile del pasodoble de los novios. Fue un día muy especial en nuestro centro, no sólo para

a diario, sin olvidarme de mi prima Merche y mi amiga Ro- sario, que vienen los sábados. Me gusta mucho la vida que tengo en el centro, aun- que también tengo recuerdos muy bonitos del centro de adultos donde acudía antes. Francisco y Encarna, sino para todos nosotros. Ninguno de los dos había soñado con que esto pudie- ra pasar al entrar en el cen- tro, pero la verdad es que el amor nos demuestra una vez más que no tiene edad.

Flore es residente del Centro de Mayores Joaquín Rosillo Un día de mi vida

fado si alguien las estropea. Más tarde, voy a estimulación cognitiva, donde practico la lectura, la escritura y las ma- temáticas. Todo ello me hace recordar tiempos pasados y me ayuda a verbalizar las co- sas que pienso. Cuando ter- mino con las tareas que me mandan, acudo a fisioterapia, donde me pongo en forma con ejercicios de piernas y brazos. Necesito mi tiempo de so- ledad que aprovecho para leer y se me pasan las horas

FLORENTINA CR Joaquín Rosillo de San Juan de Aznalfarache Mi nombre es Florentina, aun- que todo el mundo me llama Flore. Lo primero que hago cuando me levanto es ver mis plantas, me encantan, las cuido diariamente y me en-

Rafael, con algunas de las manualidades que él mismo ha realizado

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