Adobe-Cinco poetas

EDUARDO BOBRÉN

grita estentórea,

pues de nuevo su hija en sus brazos está.

hala sus grañas

y pregunta en angustias:

El Ángel, sonreído, les hace un ruego a todos:

¿Dónde han puesto a mi hija?.

¡No escondan su muñeca, no escondan su ilusión!.

¿Dónde han puesto mi amor?.

(Esta es una estampa triste de mi niñez. Nunca le grité loca, pero sufría cuando otros niños lo hacían.)

Se derrumba en dolor y en sollozos.

Despacio,

lentamente,

se derrama en el suelo;

y el Ángel que le guarda le coloca

una muñeca nueva en su regazo.

Braulia, entonces, despierta iluminada

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