GURMÉ VERANO 2016

El hostelero traza su ruta gastronómica im- prescindible y cuenta en primera persona cuáles son los secretos de la restauración sevi- llana que le han cauti- vado. Cuando me proponen hacer mi propia ruta gastronómica de Sevilla, lo primero que pienso es una ruta geográfica, pero para mí, los bares y restaurantes no son meros sitios donde comer y beber (y menos aún en Sevilla), sino espacios donde se vive y se siente; así pues, mi ruta será vital y sentimental. Comenzaría en mi barrio. Allí sigue “ El Uno de San Román ”, donde me mandaba mi padre a por tabaco en su día de descanso mientras se arregla- ba para irnos de paseo y yo me sentía importante por la responsabilidad. Hoy sigue siendo lugar perfecto en el que tomarte la primera caña con una tapa de menudo de chuparse los dedos. La siguiente estación podría ser los pinchitos que Luis el Moro preparaba en su anafe en el antiguo mesón Torre del Oro , en la calle Santander. Allí tenía su corner alquilado en la cocina por el que pagaba un porcentaje por ventas; pero el tiempo lo ha borrado del mapa, así que hay que buscar una alternativa, la cual encontré en Jarisa , en la calle Juan de Mata Carriazo, donde los sirven -exquisitos- de cordero y preparados y aliñados por uno de los carniceros de más prestigio y solera de la zona, Rafael Hidalgo, en el mercado de la Puerta de la Carne . De allí nos trasladamos a uno de los primeros bares que comencé a frecuentar sin padres; eran los años de salir en pandilla. Me estoy refiriendo a En la Espero te Esquina , en la esquina de San Isidoro con Corral del Rey, donde los nombres de los emparedados están escritos al revés. Mi favorito es el de tocino (perdón, un Nocito) muy tostadito.

12 /

Made with FlippingBook - professional solution for displaying marketing and sales documents online