Ventanas al Paraíso

Mis primeros poemas

que a su Granada rindió; viviré en plenitud, como el último rey nazarí, que su reino eternizó,

Esencia de juventud, vuelve a mí,

imprégname de tu dulce vigor, con la fuerza de las rosas del sur, que siempre vuelven por abril, reviviendo la nostalgia del pintor; ignorando al Belcebú, mi paraíso está aquí, no hay pactos, no hay prisión; ¡no me destierres Jesús!, como al moro nazarí, te dedicaré esta canción, eternizaré mi juventud, entre Granada y el Guadalquivir, ¡déjame en mi obsesión!.

se llevó un trozo de cielo azul, al desangelado desierto Mogrebí, cuando Fernando la Alhambra requisó.

Esencia de juventud, vuelve a mí,

imprégname de tu dulce vigor, embriágame con la pulcritud, de suaves labios de carmín, huyendo de la hipócrita luz, mi placer es la pasión, en el ocaso, no hay fe servil, ni espíritu sufridor. Fulgor barrio de Santa Cruz, ¡Sevilla, rejas, gitanillas...jazmín!, contagioso aroma de escritor; entre penumbra y luz: un blues, ¡Sevilla!, poesía de Almotamid, del flautista en el rincón.

Mis verdes campos

Entre colinas volaré, tan alto como el halcón, cortinas blancas rasgaré,

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