Propedéutica médico odontológica

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PROPEDÉUTICA MÉDICO ODONTOLÓGICA

F SECCIÓN 7  • El elemento humano

A través de los ojos del clínico •

UNA EXPERIENCIA DE ASESORÍA El Sr. R. es un hombre de 60 años de edad que comenzó a fumar a los 14 años. A los 17 años de edad, fumaba a diario —hasta tres cajeti- llas al día. El consumo diario actual del Sr. R. es de dos cajetillas al día. De manera típica, el Sr. R. fumaba inmediatamente al despertar si se despertaba en la madrugada. Esta infor- mación me indicó que el Sr. R. tenía una fuerte adicción física. El Sr. R. me contó que el año pasado, había conocido a una mujer maravillosa, Elena, y que iban a casarse en siete meses. Estaba a la defensiva sobre su tabaquismo y dijo que

Elena en verdad quería que lo dejara antes de la boda. ¡El Sr. R. me confesó que pensaba que la presión de su prometida sobre dejar de fumar decididamente no era útil! Sentía que no tenía la “fuerza de voluntad” para dejarlo. También expresó preocupación de que ya que había fumado por tanto tiempo, probablemente no tenía sentido dejarlo a esta edad. Motivé al Sr. R. para que tan solo escuchara las opciones disponibles para que él dejara de fumar. Le aseguré que no tenía tanta importancia querer dejarlo sino decidir dejarlo , y yo podía ayu- darlo ofreciéndole herramientas que lo auxiliaran en el proceso de cesar. Hablé con el Sr. R. sobre la adicción a la nicotina y le expliqué que no era su culpa, era más probable que tuviera una predispo- sición a la adicción a la nicotina. Le dije que aunque tomar el control de la adicción a la nicotina era más difícil que hacerlo con la adicción a la heroína, la cocaína o el alcohol, era muy posible hacerlo. Aunque dejar de fumar pudiera ser lo más difícil que pudiera hacer en la vida, también sería la que más valdría la pena. Al platicar con el Sr. R., le expliqué los beneficios del cese sobre la salud en lugar de hablarle sobre los riesgos del tabaquismo para la salud. Le expliqué que el objetivo del cese no era dejar de querer fumar, sino detener la conducta de fumar. Puede desear un cigarrillo por el resto de su vida —no al grado de cuando lo deje por primera vez— pero, ¡eso no significa que debe fumar el resto de su vida! Dejar de fumar no es sobre fuerza de voluntad —es sobre tomar control sobre una adicción que ahora controla su vida. Seis meses después de nuestra consulta, el Sr. R. me envió un correo electrónico desde París. Él y Elena estaban disfrutando una muy feliz luna de miel; el Sr. R. ya no fumaba y estaba muy con- fiado respecto a permanecer libre de tabaco. Ganó unos cuantos kilos pero los eliminó con ejercicio, y pronto podría bajar unos cuantos más. Se sentía “tremendo” y estaba muy contento porque Elena lo había motivado para dejar de fumar. Carol Southard, RN, MSN, consultora de proyecto, ADHA Smoking Cessation Initiative AMPLE

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