ABC PROVINCIAS 03-11-2015

ABC DE LA PROVINCIA 13

ABC

MARTES, 3 DE NOVIEMBRE DE 2015

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Écija

Cañada Rosal · Écija · Fuentes de Andalucía · La Luisiana

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CAÑADA ROSAL

ÉCIJA

ponibles, supone una alternativa para ocupar el tiempo libre de jóvenes ca- rrosaleños entre los 11 y 16 años, quie- nes además de aprender técnicas de manualidades tienen la posibilidad de realizar trabajos en grupo o los propios deberes de clase.

nos. El tipo de incidencias que más se han comunicado son aquellas que hacen referencia a «aceras y calza- das» seguido de «alumbrado», «par- ques y jardines» y «limpieza viaria». El 70 por ciento de las incidencias co- municadas han sido solucionadas.

La Casa de la Juventud acoge los ta- lleres artísticos que se desarrollan cada mes dentro del Proyecto Ribe- te. Este proyecto, con plazas aún dis- Se inician los talleres de arte del Proyecto Ribete

El servicio Línea Verde se puso en funcionamiento en Écija en el año 2013, desde el cual ha recibido una buena acogida por parte de los veci- Solucionadas casi todas las incidencias en Línea Verde

que, según afirma, «va a hacer a mu- chos revivir su infancia». El porqué de sus vidas José se asombra de las grandes trans- formaciones de las que ha sido testigo a lo largo de su vida: de formas de vivir ancestrales a unamodernidad en la que casi todo está prefabricado, de altas ta- sas de analfabetismo a las generacio- nesmejor formadas de la historia...Por ello afirma que, aunque a veces le gus- taría volver a aquellos años, sólo sería por unosmomentos, pues «ahora esta- mos mucho mejor que entonces». De hecho, tiene una vida activa y bromea diciendo que es «agente de bolsa»: «Saco la bolsa del pan, de la ba- sura, hago los recados... como uno está libre lo enganchan para todo». Ejerci- ta a diario su memoria y no descarta seguir escribiendo, e insiste en la im- portancia de educar a los más jóvenes de forma autónoma «para que sean ellos y no el ambiente que les rodee los que decidan el porqué de cadamomen- to de sus vidas».

jugaban con total libertad por el pue- blo, en las calles, sin apenas límites, algo que ha cambiado radicalmente y que José comprueba a través de sus tres nie- tos, cuyo entretenimiento está más li- mitado y se centra en las videoconso- las y ordenadores. Según rememora, a las criaturas de su infancia en Fuentes sólo les asustaba una cosa: la voz de que venía «el Matildo» o «el Tolito», dos per- sonajes marginales de la época. Pepe «el de la Artillera», como se le conoce en el pueblo (con ese gusto por los apodos que hoy se tambalea), también habla en su libro con natu- ralidad y ternura de los oficios de la época, las fiestas tradicionales como ese Jueves Lardero que aún pervive, lugares emblemáticos o curiosidades Restauración de la Iglesia Parte de los beneficios que genere el libro irán a sufragar la restauración de Santa María La Blanca

José Barcia anuda en un libro sus recuerdos de infancia en una Fuentes de Andalucía muy diferente a la actual Escribir para luchar contra el olvido

ÁNGELA LORA FUENTES DE ANDALUCÍA J osé Barcia Lora tiene una memo- ria extraordinaria, capaz de con- servar los recuerdos en estampas frescas, a todo color y detalle. Sin embargo, un temor le sobrevuela a sus 74 años: que la enfermedad que ya su- frieron algunos de sus hermanos y su padre difumine sus remembranzas hasta borrarlas. «Uno se cuestiona: cualquier día empiezo yo», confiesa. Para apuntalar susmemorias y com- partirlas con todas las generaciones de su pueblo ha escrito el libro «Fuentes de Andalucía: mi mundo de entonces y recuerdos de mi ayer», en el que hila recuerdos de los años de su infancia, entre 1947 y 1953, y evoca cómo era el municipio fontaniego en aquel enton- ces, muy diferente al que existe ahora. «Yo ya soymayor, he conocido Fuentes en diferentes épocas y no quisiera que conmigo se murieran cosas que ya no existen», apunta a ABC Provincia. Lamitad del bocadillo La vida que José empezó a conocer en Fuentes se presentaba con toda la cru- deza de la posguerra civil española, que en el pueblo se sobrellevaba algo mejor gracias a que la subsistencia se garantizaba en su gran mayoría con la producción agrícola y ganadera pro- pia. Fue el caso de su familia, que vi- vía a caballo entre la calle San Sebas- tián (residencia de la aristocracia) y la calle Marchena (vía de trabajadores). Como precisa, «estábamos en la mi- tad del bocadillo, lo que me permitió conocer de cerca esos dos mundos que coexistían». No obstante, como reconoce, la peor parte era para los padres, pues los ni- ños y niñas construían su propio uni- verso de juegos. Especialmente recuer-

da José lo que se conocía entre los in- fantes de la época como «la montaña», que no era más que unmontón de are- na extraída de la construcción de las vías de un tren ya desaparecido por el que los niños se deslizaban sobre ho- jas de pita. «Aquello era nuestro tobo- gán», recuerda con una sonrisa. También recuerda la cara positiva de aquellos años, en los que los niños

A.L.

El autor, José Barcia Lora, con el libro que reúne sus memorias desde 1947 hasta 1953

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