Consuelo Álvarez de Miranda:
Sí, a poner cara.
Alejandro Sebastián:
Bien. Si queréis os cuento algún caso concreto. Os
puedo contar uno de los casos que a mí más me ha impactado a nivel
personal. No quiere decir que sea el caso más impactante. Es uno de
tantos, pero, bueno, somos personas y es inevitable tener sentimientos.
Yo tengo una relación muy especial con dos niñas, Luz y Edna, que co-
nocí el primer año que estuve en Guatemala en 2008. En 2008 volvía yo
a las instalaciones del proyecto, ya por la noche, y me encontré a dos
niñas de 11 y 9 años durmiendo en la calle, bajo la lluvia, empapadas.
Cuando en Guatemala llueve, llueve. Y nada, me acerqué, pues “¿qué
hacéis aquí?, ¿qué pasa? ¿y vuestra casa?…” Este proyecto está en una
zona muy complicada, es una “zona roja”, no entra la policía, y son todo
familias desestructuradas que viven en una situación de muy escasos re-
cursos, en torno al basurero municipal. Me puse a hablar con las niñas
y las convencí para que vinieran a dormir a las instalaciones del proyec-
to. Estuvimos allí pues un mes y medio, dos meses que me quedaba esa
vez por allí, y al volverme a España, yo pedí que, por favor, esas niñas
siguieran en el proyecto. Se integraron en el colegio, etcétera. Entonces
no existía todavía CONI. Hablé con una profesora, seño Constanza,
“seño Coni” (que luego dio nombre a la asociación) para que, por favor,
atendiera a esas niñas con el dinero que yo iba a ir enviando desde Es-
paña. Y bueno, pues, ocho años después estas niñas han tenido un paso
brillante por el colegio. Luz, la mayor, fue la mejor de su curso, fue de
la primera promoción, hace cuatro años, cuando empezamos con las be-
cas universitarias de CONI, y fue una de las que recibió una beca uni-
versitaria. Y ahora Luz está en la Universidad Rafael Landívar, que es una
de las mejores universidades de Guatemala, sacando una media de 9.1
en Ingeniería Agrónoma. Y Edna está entrando en Psicología este año,
también con una beca universitaria de CONI. Entonces, bueno, aparte
del vínculo afectivo grande, como con tantos otros niños, es un caso
que te demuestra que lo que faltan son oportunidades. Pero en el mo-
mento en que se ponen sobre la mesa, la gente pelea por ellas y las sabe
aprovechar. Y nosotros tenemos la posibilidad de facilitar o de poner
sobre la mesa esas oportunidades.
Defender los Derechos Humanos
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