consuelo Álvarez de miranda:
Es sabido su prestigio en los estudios de
Derecho, ¿no?
Juan Gil:
Sobre todo, y ahí tuve también suerte, porque querían potenciar
el campo de Letras, y el rector, Evelio Verdera, quería a toda costa, que
fuera más gente. Los dos campos que predominaban en el Colegio de
Bolonia eran Medicina y Derecho. Y a Evelio, de repente, se le ocurrió
la brillante idea de que hubiera alguien de Letras. Hombre, por cierto,
pues había antes gente tan, tan distinguida en Letras como Antonio de
Nebrija, Juan Ginés de Sepúlveda, Antonio Agustín… Es decir, gente
realmente de categoría. Yo no me comparo con ellos, ¿eh? No, no es-
toy a su altura. Pero por lo menos sirvió para revitalizar esos estudios
que son, en definitiva, los que le dieron su gran prestigio. Si uno se
acuerda del Colegio de Bolonia, los colegiales que suenan más son los
de Letras.
consuelo Álvarez de miranda:
Juan, ¿cuánto tiempo estuviste allí estu-
diando?
Juan Gil
: Dos cursos.
consuelo Álvarez de miranda:
Te trasladas joven, antes de cumplir los
cuarenta años, a Sevilla como profesor tras obtener una cátedra de
Latín en la Universidad. Allí iniciaste, junto con tu mujer, Consuelo Va-
rela, una serie de investigaciones, a mi juicio extraordinarias, sobre
temas de Historia Medieval y Renacentista, y, además, temas tan in-
teresantes como historia de las mentalidades religiosas, publicáis tra-
bajos sobre temas colombinos... En esa breve biografía dedicada a
tus maestros a la que yo aludía antes, hablas de que la señorita Jime-
na fue una de tus profesoras de Historia, y en concreto a la que debes
tus primeros estudios sobre la Edad Media. ¿Hasta qué punto ese in-
terés tuyo podría proceder también un poco del Colegio, o a quién,
por supuesto, entre comillas, debes ese interés por investigar esa eta-
pa de nuestra historia?
Impulsar el desarrollo de la Ciencia y las Humanidades
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