miguel marina:
Yo no he conocido a ninguno [se ríe].
maría García-alix:
A lo mejor es una figura un poco antigua.
miguel marina:
Se habla mucho siempre de los palos que dan a la cultura,
el tema del IVA, todo eso condiciona mucho para que en España no
haya un coleccionismo, digamos, una cultura del coleccionismo. Y eso
complica las cosas porque al final las grandes colecciones son extranje-
ras y cuesta mucho hacerse visible para mercados. Es difícil entrar en el
mercado español, que es muy pequeño en comparación a otros, y a las
colecciones europeas, y al final es una cuestión de visibilidad. Esa es la
parte más complicada, creo.
maría García-alix:
¿Dirías que existe una barrera entre el mundo del arte
y el público en general, como el ciudadano de a pie?
miguel marina:
Sí, se habla mucho de eso. ¿Por qué a las galerías no va
determinado público que sí accede luego al Museo del Prado o al
Thyssen, por ejemplo? En el mundo del arte contemporáneo a veces se
olvida que para enfrentarte a ciertas exposiciones, a los trabajos de de-
terminados artistas, hace falta, no tanto una especialización, pero sí el
documentarse previamente. Son trabajos que se están asentando en
ideas y en conceptos que si no se han estudiado previamente, te van a
sonar normalmente a chino. La gente ya va con una disposición un poco
de “me la van a dar…” Y es una pena, porque el ir así a las exposiciones,
a las galerías, te sitúa con una especie de visera, y no te permite disfru-
tar de la experiencia. Hay arte contemporáneo que sigue siendo igual
de accesible a nivel formal, a nivel visual, a nivel estético. Es verdad que
hay otros proyectos que cuestan mucho. A mí me pasa, ¿eh? Hay a ex-
posiciones que digo “Dios mío, no se por dónde cogerla”. Pero sí, igual
es ese el problema, que te tienes que informar previamente.
maría García-alix:
Desde mi punto de vista, en tus últimos cuadros hay
algo que remite a la noche, a lo nocturno. ¿Qué significa para ti?
Fomentar la creación estética y la educación física
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