ABC PROVINCIAS 18-02-2016

ABC DE LA PROVINCIA 15

ABC

JUEVES, 18 DE FEBRERO DE 2016

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Campiña de Morón y Marchena

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MORÓN DE LA FRONTERA

LA PUEBLA DE CAZALLA

localidad con el tradicional pasaca- lles, que concluirá en la Alameda con el gran baile de disfraces. Y, al día si- guiente, tendrá lugar el «Entierro de la Tagarnina», que se celebrará en los Jardines de la Carrera. Allí toma- rá el testigo el pregonero de 2016.

tabaco». El plazo de entrega finali- za el próximo 2 de marzo, siendo el día 4 cuando se otorguen los premios (40 euros para material escolar). Las obras tendrán que estar relaciona- das con el uso del tabaco y sus ne- fastas consecuencias en la salud.

Los amantes del Carnaval aún pue- den disfrutar de sus últimos coleta- zos enMorón de la Frontera. Este fin de semana concluye la fiesta en la El Carnaval llega a su fin en Morón de la Frontera

El Ayuntamiento de La Puebla de Ca- zalla ha puesto en marcha la II edi- ción del concurso de dibujo «Un Mundo sin malos humos, pasa del Concurso de dibujo infantil contra el tabaco

túa el pago. «Así evitamos tocar el di- nero para no desperdiciar la masa». Pero hay varias cosas que no han cam- biado: ni la receta, ni la forma de ela- boración de los molletes («nosotros hacemos exactamente lo mismo que nuestros mayores»), ni, por supuesto, el horno de leña. «Ha sido restaurado por fuera, pero el interior sigue sien- do el mismo». Producción limitada En ese tipo de producción está el se- creto del éxito del mollete marchene- ro, un producto que incluso «ha llega- do a estar en Nueva York, en la India..., han estado en muchos lugares del mundo», afirma Mari Carmen. «El que prueba esto repite», señala otro her- mano. Esta fama, no obstante, encuen- tra un obstáculo con el método arte- sanal: «si lo hiciésemos de forma in- dustrial, llegaríamos a todos los sitios que nos lo demandan, pero entonces no serían tan especiales», lamentan. Aun así, eso no impide que el nego- cio vaya bien. Mientras esta entrevis- ta se desarrolla no paran de hacer más molletes para los clientes que van lle- gando para probar este inconfundible producto de gran calidad. Premios y reconocimientos Los molletes han sido recono- cidos por multitud de institu- ciones y particulares. Uno de los premios más recientes fue el de «Marchenero del año», que otorga el Ayuntamiento de la localidad el 28 de febrero con varias categorías. Al horno de la calle Cantareros le tocó en 2012, en el apartado de actividad económica por ser «todo un símbolo de nuestra gastronomía». Pero también particulares, como una pareja de sevillanos que «venían en Vespa desde la capital por los molletes y que homenajearon a nuestros padres», dedicando incluso una poesía que concluía con «¡Que sigan las tradiciones/ y no se olviden jamás,/ que es bonito conservarlas/ por ser cultura y ser verdad!».

J. L. MÁRMOL

Los molletes en pleno proceso de elaboración por parte de los cuatro hermanos

El mollete marchenero respeta el proceso de elaboración desde 1812, conquistando a todo el que lo prueba

Molletes del siglo XIX que triunfan en todo el mundo

producto atrae a numerosos visistan- tes de todas partes de España solo para probarlo. «Algunos están de paso, otros vienen directamente a comprar los molletes para poder llevarlo a sus fa- milias», afirma Rafael, uno de los cua- tro hermanos que actualmente llevan este establecimiento. «Somos la cuar- ta generación», señala. Junto a Rafael, también se encuentran Mari Carmen, Antonio y Manuel. El establecimiento en el que traba- jan es pequeño. Abrió en 1812, con la primera generación de la familia Rei- na. Desde entonces han cambiadomu- chas cosas, como se puede observar

en las fotos que cuelgan en el recibi- dor. «Muchas adaptaciones las hemos tenido que hacer por requisitos sani- tarios», afirman, «pero en otras hemos sido pioneros nosotros». Con eso se refieren a la máquina con la que co- bran los molletes: el cliente deposita el dinero en una ranura y así se efec- De padres a hijos Desde que se abriese el horno, el negocio ha pasado de padres a hijos en la familia Reina Corpas

JUAN LUIS MÁRMOL MARCHENA N o es fácil acceder a la calle Cantareros de Marchena. Es una pequeña vía peatonal, y los pocos vehículos que la transitan pertenecen a los vecinos que tienen allí sus cocheras. Allí, entre pe- queñas casas, se encuentra un peque- ño establecimiento al que no para de llegar un goteo constante de clientes. Se trata de la panadería de la familia Reina Corpas. Aquí se fragua desde hace dos siglos uno de los productos más especiales de la gastronomía se- villana: el mollete marchenero. Este

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