Langman. Embriología médica

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Parte 2 • Embriología orientada por sistemas

Degradación de la membrana oronasal

Pared del cerebro

Fosa nasal Prominencia nasal medial

Cavidad oral

Cavidad oral

Membrana oronasal

A

B

Lengua

Bulbo olfatorio

Cornetes

Bulbo olfatorio

Cámara nasal

Maxilar

Paladar secundario

Coana primitiva

Labio superior Labio inferior

Paladar primario

Coana definitiva

Mandíbula

C

D

FIGURA 18-29  A. Corte sagital por la fosa nasal y el borde inferior de la prominencia nasal medial de un embrión de 6 semanas. La cavidad nasal primitiva está separada de la cavidad oral por la membrana oronasal. B. Corte si- milar al que se muestra en (A) , hacia el final de la sexta semana, en que se aprecia la degradación de la membrana oronasal. C. A las 7 semanas las neuronas del epitelio nasal han generado procesos que entran en contacto con el piso del telencéfalo en la región de los bulbos olfatorios en desarrollo. D. Para las 9 semanas se han formado las estructuras oronasales definitivas, las neuronas en el epitelio nasal están bien diferenciadas y las neuronas secundarias de los bulbos olfatorios que se dirigen al cerebro comienzan a elongarse. Juntos, los bulbos y los tractos olfatorios de las neuronas secundarias constituyen el nervio olfatorio (Fig. 18-30).

paleopálica del telencéfalo, para constituir los bulbos olfatorios (Fig. 18-29). Las células de las placodas nasales se diferencian en neuronas sensitivas pri- marias del epitelio nasal, que cuenta con axones que crecen y establecen contacto con neuronas secunda- rias en los bulbos olfatorios en desarrollo (Fig. 18- 29). Para la séptima semana estas sinapsis están bien establecidas. Al tiempo que continúa el crecimiento del cerebro, los bulbos olfatorios y los tractos olfato- rios de las neuronas secundarias se elongan, y juntos constituyen el nervio olfatorio (Fig. 18-30). Comisuras Al inicio cada hemisferio cerebral crece como una estructura independiente. Sin embargo, al final del tercer mes, grupos de fibras nerviosas crecen hacia uno y otro lados, con lo que conectan un hemis- ferio con el otro. Estas fibras se forman en haces, denominados comisuras , y muchas aprovechan la lámina terminal que se forma en la región craneal del prosencéfalo (Figs. 18-24 A y 18-25 A ). La lá- mina terminal se extiende desde la placa del techo del diencéfalo hasta el quiasma óptico, y propor- Otra comisura importante es el cuerpo calloso . Aparece a la décima semana del desarrollo y conecta las áreas no olfatorias de las cortezas cerebrales de- recha e izquierda. Al inicio forma un haz pequeño en la lámina terminal (Fig. 18-27 A ). Como conse- cuencia de la expansión continua del neopalio, sin embargo, se extiende primero en dirección anterior y luego posterior, formando un arco sobre el techo delgado del diencéfalo (Fig. 18-30). AMPLE ciona una conexión inicial entre los hemisferios. El primero de los haces cruzados que aparecen en la lámina terminal corresponde a la comisura ante­ rior . Está constituida por fibras que conectan el bulbo olfatorio y las áreas cerebrales relacionadas de un hemisferio con las del lado opuesto (Figs. 18-27 A y 18-30). La segunda comisura en aparecer es la comisura del hipocampo ( fórnix ). Sus fibras derivan del hi- pocampo y convergen en la lámina terminal, cerca de la placa del techo del diencéfalo. A partir de ahí las fibras continúan para formar un sistema que se arquea justo por fuera de la fisura coroidea, hacia el cuerpo mamilar y el hipotálamo.

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