REVISTA GURMÉ 08-07-2018 La Voz de Cádiz

Juan Luis Fernández, propietario de Lú, Cocina y Alma.

¿Cómo fue su primer contacto con la cocina?

Fue a los trece años. Una tarde lluviosa en la que yo estaba aburrido en casa y decidí irme a hacer pan con mi tío a la panadería que tenía en San José del Valle. Me enamoré en cuando tuve el primer contacto con la masa. Dejé el colegio y me fui a hacer pan y allí estuve dos años liado como un loco. Después me fui a la pastelería Los Reyes, de Jerez, que era la mejor de la provincia. Allí estuve otros dos años. Pasé por algunas cocinas hasta que me fui para el norte con Martín Berasategui con quien estuve trabajando cinco años. Ya des- pués estuve diez años en Aponiente. Durante ese tiempo conseguimos las tres estrellas Michelin y ya en diciembre de 2017 abrí mi propio negocio. A mí la palabra autodidacta no me gusta utili- zarla porque creo que realmente no existe, existió cuando no existía nada. Yo me formé con el oficio, en los fuegos, sudando, echando muchas horas. Me formé con los maestros obradores, los maestros de panadería. Yo con trece años era un higo verde y me las daban todas y ya con 15 años parecía que tenía 50. Claro y además lo agradezco porque muchas veces los cocineros se olvidan de eso, de la pastelería o del pan y son cosas tan importan- tes como saber hacer un gran plato. Y cuando tienes tu restaurante y tienes tu equipo, pue- des hablar con criterio. Entonces ¿es autodidacta? Pero recuerda con nostalgia esos inicios...

¿Qué le llevó a montar su propio restaurante?

La inquietud, el seguir creciendo y el querer hacer algo propio. El inconformismo y la locu- ra que son parte de mi vida.

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