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Helen M. Nelson, Francis L. Delmonico, Jeffrey L. Veale y Nick G. Cowan La ciencia del trasplante renal de cadáver

Aunque el análisis de la muerte y sus probabilidades para la donación de órganos en este capítulo es objetivo y puede parecer frío, de hecho es todo lo contrario. Las circunstancias de la muerte repentina son siempre pro- fundamente emotivas. La donación de órganos puede hacer que quienes la autorizan por sí mismos sepan que su muerte no será en vano. A los deudos afligidos les puede proporcionar más consuelo saber que, de algún modo, la generosidad final de sus seres queridos permite que otros vivan más y mejor. Nada de esto pasa desapercibido para los profesionales cuyo privilegio es facilitar el proceso de donación. La biología exige que todos muramos. Pero la mayoría de las personas no fallece en circunstancias que permiten la donación. Sólo aproximadamente el 0,5% de todos los fallecimientos llegan a ser elegibles para la donación de órganos, y es a ese 0,5% a quienes va dedicado este capítulo. La Parte I se centra en la ciencia de la donación de órganos de cadáver, para incluir la evaluación de datos de forma categórica y uniforme, registrando los donantes posibles, elegibles, reales y utilizados. La valoración del rendimiento puede realizarse en cada hospital retrospectivamente por estas categorías, para facilitar después mejoras prospectivas para alcanzar un programa soste- nible de donación de órganos de cadáver. La Parte I se centra inicialmente en el proceso de donación de órganos de cadáver: la determinación de la muerte por el cese de actividad neurológica y circulatoria, la identificación del posible donante, y el posterior proceso de autorización. Esta sección también incluye parámetros omedidas del rendimiento de la donación, para evaluar si se estánmaximizando las oportunidades de ésta. En la Parte II se revisa brevemente el manejo del donante fallecido y la técnica quirúrgica para la obtención de órganos de éste. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que se realizan aproximadamente 80000 trasplantes renales cada año en los 112 estados miembros de la Asamblea Mundial de la Salud ( World Health Assembly ) con servicios de trasplante renal. Alrededor del 60%de estos trasplantes renales se realizan usando riñones obtenidos de un donante cadáver. La disponibilidad de riñones de donante cadáver ha aumentado, aunque no lo suficiente (por mucho), para abastecer la creciente demanda. Se ha calculado que en todo el mundo sólo se realizan el 10% de los trasplantes renales que se necesitan anualmente. En Estados Unidos, en el año 2016 se realizaron 13430 trasplantes de donante cadáver, un aumento del 25% con respecto a la década anterior: una mejora, pero todavía muy lejos de lo que se necesita. Gran parte de este aumento se debió a muertes por un consumo de drogas y por la adicción epidémica a los opiáceos. Durante el mismo período, la cifra de candidatos a trasplante en lista de espera para trasplante renal aumentó un 25%, pasando de 80000 en el año 2009 amás de 100000 en 2014. En la Parte B del capítulo 8 se proporcionan más detalles sobre la lista de espera y su gestión. AMPLE

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