Poesía de los sueños

SOMOS PARA LA TIERRA

Alguien me contó un secreto. Dice haber estado en coma terminal. Los médicos llegaron a certificar su muerte; en esos breves momentos, recordó haber pasado por un túnel y al final una luz muy brillante que le hablaba:

Antonio Pérez

Mancha Real Dicen que dormir es como si estuviéramos muertos. ¡Claro está!, sin mantener sueños; puesto que los muertos no sueñan… Así lo creo. A veces cuando me acuesto, temo no amanecer al día siguiente. Una noche de sueños me produce tranquilidad. Normalmente el ser humano no desea su propia muerte; salvo circunstancias extremas; por ejemplo: una enfermedad de sufrimiento prolongado, los fundamentalistas religiosos queriendo ser héroes en la vida real, el agobio por ciertos acontecimientos también puede acarrear el suicidio… Existen casos comunes. Por regla general, los humanos tenemos gran apego a esta vida: gustamos de buenas comidas, llenar nuestra arca de caudales, hacer amores, ser considerados dentro de la sociedad… En fin, todo aquello que nos hace felices, dentro de un cuerpo sano. Ponemos muchas trabas a la muerte.

- Te estaba esperando.

- Ven y sígueme, estás a las puertas del Paraíso

Eterno.

- Ya no necesitarás comer, porque no tendrás hambre ni beber porque no tendrás sed, no sufrirás el dolor porque ya no tendrás cuerpo.

- Vivirás para siempre en el amor de tu Padre, de

tu Creador.

Aquellas palabras me impresionaron bastante, pero a la misma vez sentí miedo. No pude contener mis impulsos, y comencé a retroceder, a correr con todas mis fuerzas...No encontraba el túnel por donde había entrado. De repente caí al vacío...Alguien salió a mi encuentro y me recogió entre sus brazos; tenía aspecto humano. Volví a la normalidad, al escuchar sus palabras:

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