Casciato Manual de oncología clínica, Chmielowski, Bartosz

|  CAPÍTULO 16 • TUMORES ENDOCRINOS

392 

e. También pueden utilizarse antagonistas del calcio como amlodipino (10- 20 mg/día), nifedipino (30-90 mg/día) y verapamilo (180-540 mg/día). 2. Cirugía a. Antes de la cirugía. Los bloqueantes α -adrenérgicos y β -adrenérgicos de acción prolongada deben administrarse durante 7 a 14 días antes de la intervención y continuarse durante toda la cirugía. Debe prestarse una especial atención al mantenimiento del equilibrio hidroelectrolítico. Puede ser útil la expansión de volumen con alto contenido de sodio y la ingesta de líquidos se recomienda para prevenir la hipotensión postoperatoria b. Durante la cirugía. La tasa de mortalidad perioperatoria debida al exceso de catecolaminas es de hasta el 3%. Los episodios hipertensivos que pueden ocurrir mientras se manipula el tumor, se tratan con infusión de nitroprusiato, bolos intravenosos rápidos de fentolamina e infusión de nicardipina. Los epi- sodios de hipotensión que se producen tras aislar la vascularización del tumor deben tratarse con líquidos i.v. c. Tras la cirugía. Puede aparecer hipertensión por sobrecarga de líquidos du- rante la cirugía, que se tratará con furosemida i.v. y restricción de líquidos hasta controlar la presión arterial. Es frecuente la hipoglucemia de rebote tras la eliminación del exceso de catecolaminas, y los niveles de glucosa en plasma deben monitorizarse estrechamente en el postoperatorio, con infusión de dex- trosa según sea necesario. Se indica la monitorización y el tratamiento de la insuficiencia suprarrenal. En todos los pacientes debe repetirse la determina- ción de metanefrinas plasmáticas libres o de metanefrinas urinarias cerca de 24 h, medidas de 2 a 4 semanas después de la operación. Las metanefrinas plasmáticas o urinarias se deben volver a medir en los estudios de seguimiento anuales indefinidamente en todos los pacientes. 3. Enfermedad metastásica a. La RT resulta útil para paliar las ocasionadas por metástasis que producen síntomas locales. b. No se ha determinado la utilidad de la quimioterapia en los tumores irrese- cables, aunque la combinación de ciclofosfamida, vincristina y dacarbazina produce respuestas objetivas en la mayoría de los pacientes. Los síntomas del exceso de catecolaminas se tratan con fármacos ( v.  sec. IV.D.1). c. Algunos pacientes pueden responder a dosis terapéuticas de metayodobencil- guanidina marcada con 131 I. V. Carcinoma de la corteza suprarrenal A. Epidemiología. El cáncer suprarrenal es poco común, con una incidencia de 0.5 a 2.0 casos por millón por año. Provoca el 0.2% de muertes por cáncer. La edad media en el momento del diagnóstico es de 40 años, pero el tumor se observa a cualquier edad. Alrededor del 60% se produce en mujeres. El cáncer corticosuprarrenal se puede producir como un componente de los síndromes de Li-Fraumeni, MEN-1, de Gardner, Lynch y de Beckwith-Wiedemann. B. Anatomía patológica y evolución natural. Los tumores suprarrenales son muy agresivos; suelen producir metástasis en los pulmones, el hígado y otros órganos; frecuentemente son grandes y voluminosos cuando se diagnostican. Cerca de dos tercios de estos tumores producen corticoesteroides funcionales, entre ellos cortisol, aldosterona, andrógenos y estrógenos. C. Diagnóstico 1. Signos y síntomas a. Los tumores sin actividad hormonal se descubren debido a síntomas de efecto de tumor abdominal en el 30% de los pacientes y como tumores inci- dentales en el 15% al 20% de los pacientes con cáncer adrenal. b. Los tumores con actividad hormonal se manifiestan con: (1) Virilización rápida (hirsutismo, clitoromegalia, oligomenorrea o ame- norrea) en las mujeres. AMPLE

Made with FlippingBook flipbook maker