Bioquímica Capítulo muestra No. 28

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28. Nutrición: visión de conjunto y macronutrientes

mentado al seno materno corresponde a un tipo Bifidobacterium infan- tis, que expresa todas las enzimas necesarias para degradar estos azúcares complejos. Los azúcares, a su vez, actúan como prebióticos que favorecen el crecimiento de B. infantis , un probiótico (bacterias benéficas).] Sin embargo, la leche materna tiene poca vitamina D, y exclusivamente los bebés alimentados al seno materno requieren de complementos de vitamina D. [Nota: la leche humana proporciona anti- cuerpos y otras proteínas que reducen el riesgo de infección.] La microbiota en el cuerpo humano junto con su genoma se conoce como microbioma. Se adquiere al nacer en el ambiente y cambia con las etapas de la vida. El microbioma intestinal influye sobre la nutrición del hospedador al facilitar el procesamiento de los alimentos consumidos y en sí mismo se ve influenciado por dicho alimento. Su relación con la nutrición insuficiente, la obesi- dad y la diabetes está en investigación.

2. Niños:  al igual que con los lactantes, los niños tienen mayores nece- sidades de calorías y nutrientes. Sin embargo, las preocupaciones pri- marias en esta etapa son la deficiencia de hierro y calcio. 3. Adolescentes:  en la adolescencia, la ganancia de la talla y peso incre- menta la necesidad de calorías, proteínas, calcio, hierro y fósforo. Los patrones de alimentación en esta etapa pueden resultar en un consumo excesivo de grasa, sodio y azúcar y un consumo insuficiente de vitamina A, tiamina y ácido fólico. [Nota: los trastornos alimenticios y la obesidad son preocupaciones para este grupo de edad.] B. Etapa adulta La nutrición excesiva es una preocupación en adultos jóvenes, en tanto que la desnutrición es causa de inquietud en adultos de edad avanzada. 1. Adultos jóvenes:  la nutrición en los adultos jóvenes se enfoca en mantener una buena salud y prevenir enfermedad. El objetivo es una dieta rica en alimentos de origen vegetal (con un enfoque en la fibra y los granos enteros), consumo limitado de grasas saturadas y ácidos grasos trans y una ingesta equilibrada de ácidos grasos poliinsatura- dos ω -3 y ω -6. 2. Mujeres embarazadas o lactando:  los requerimientos calóricos, pro- teínicos y virtualmente de casi todos los micronutrientes aumentan en el embarazo y la lactancia. Suelen recomendarse complementos de ácido fólico (para prevenir defectos del tubo neural [ véase la p. 403]), vitamina D, calcio, hierro, yodo y ácido docosahexaenoico. 3. Adultos mayores:  el envejecimiento aumenta el riesgo de desnu- trición. La disminución del apetito que resulta de un menor sentido del gusto (disgeusia) y el olfato (hiposmia) disminuye el consumo de nutrientes. [Nota: las limitaciones físicas, lo que incluye problemas con la dentición y factores psicosociales, como el aislamiento, también pueden tener un papel en la reducción de la ingesta.] La ingesta inadecuada de proteínas, calcio y vitaminas D y B 12 es frecuente. La deficiencia de vita- mina B 12 puede resultar de una menor absorción causada por aclorhi- dria (reducción del ácido gástrico, véase la p. 405). En el envejecimiento, la masa muscular magra disminuye y la grasa aumenta, lo que resulta en una menor tasa metabólica en reposo. [Nota: las interacciones fár- macos-nutrientes pueden presentarse en cualquier etapa de la vida, pero son más frecuentes a medida que la cantidad de medicamentos aumenta con el paso del tiempo.] AMPLE

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