EnSalsa_HOY_Otoño_2023
ENTREVISTA
vo 17 años. – ¿Te gusta tu trabajo? – Estoy un poco cansado porque ya son muchos años. Me levanto todos los días a las cinco de la mañana para abrir a las seis, prácti- camente me tiro aquí todo el día. Pero se lleva bien porque ahora se está ganando dinero en hostelería en Cáceres. – ¿Has renunciado a muchas cosas por dedi- carte a una profesión tan sacrificada como es ésta? – Sí, a mucho. Me separé hace años y luego no he vuelto a tener una relación estable porque aquí es difícil. Este trabajo te absorbe mucho y tienes que estar muy pendiente de él. Para mi es casi una forma de vida. – ¿Cuáles son las señas de identidad de Vetto- nia? – La principal es tener todo el día el bar abier- to, no se cierra nunca, desde las seis de la mañana hasta las doce de la noche. Es una de las bases de un negocio, tener un horario cons- tante. Además de ser una referencia para la gente de Cáceres y también para los vecinos del barrio, casi todos pasan por aquí y algunos de ellos son personas mayores que se sienten como en su casa. Luego la terraza le ha dado mucha vida tras la reforma de la avenida, pero hay que atenderla y ofrecer un buen servicio. – ¿Qué tipo de cliente tienes? – Es una clientela muy buena, por aquí pasa todo Cáceres. Son buenos clientes y en hoste- lería en Cáceres si te atienden bien repites. Siempre hemos funcionado bien pero la pan- demia ha marcado un punto de inflexión para mejor. A diario la ciudad no ofrece mucho y es un sitio recurrente. «Antes hacías de psicólogo, pero des- de que está Facebook
Pillamos a Fidel Amado con las manos en la masa en su negocio, que está en una de las arterias de Cáceres y tiene tal trasiego de gente que apenas le permite parar un segundo. Apu- radamente queda con En Salsa para revelarnos en esta entrevista algunos detalles de la profe- sión a la que lleva dedicado más de 30 años. Su rostro es uno de los más reconocibles de la hostelería cacereña. Tiene 57 años y atiende a una clientela muy heterogénea en la cafetería Vettonia, un lugar «por el que pasa todo Cáce- res». Hasta la plantilla del Cacereño ha hecho de este local una especie de sede social donde sus jugadores suelen reunirse para ver los sor- teos de ascenso y los aficionados siguen los partidos del equipo local. – Sitúanos Fidel, ¿cómo comenzaste en la hos- telería? – Empecé hace unos 32 años en La Giraldilla, en Hernández Pacheco, en unos locales que tenía mi padre. Luego con mis hermanos pasa- mos a otra Giraldilla en Camino Llano y des- pués me fui por mi cuenta. Empecé a montar Los Cachitos, un total de cinco negocios, de los que estoy totalmente desvinculado, y aquí lle-
quien viene solo se mete en el móvil»
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