Andalucía Escapadas de Invierno 2021
El Jardín Vertical es incluso más interesante que el horizontal, con instantáneas más propias de países lejanos que de esta provincia andaluza
Comienza una bajada señalada por carteles que incitan a andar con cuidado, pero, eso sí, asequible para cualquiera. Merece la pena adentrarse poco a poco en la envolvente de rocas, cascadas y verde, mucho verde, que se van apareciendo. La piedra, en un tipo de caliza muy concre- to, el travertino, forma estalagmitas y esta- lactitas que hacen inevitablemente recordar en la forma a los mocárabes de la Alhambra. Las pequeñas cuevas se van formando una a una, con recovecos donde sentarse a admirar el paisaje. A los pies del pueblo, suena el río Guadalfeo, hasta el que se puede llegar prác- ticamente bajando la ladera. En definitiva, una delicia para los aficionados a la fotografía que, sin salir de Andalucía, pueden cazar ins- tantáneas más propias de países lejanos. Escalerilla de los Muertos Desde la iglesia, tomando calle arriba hacia el punto más alto del pueblo, a medio camino se encuentra la Escalerilla de los Muertos. En la calle Finados , precisamente por el mismo concepto, se encuentra una esquina donde se colocaban antiguamente los ataúdes y se emprendía el camino hacia el cementerio. Cuentan que aún hay mujeres de avanzada edad que todavía no comprenden el rito mor- tuorio sin pasar por ella. Lo más curioso, en ese sentido, es el en- torno, callejuelas de este barrio árabe cobijan la escalerilla. Blanco sobre blanco encalado y ristras de macetas, flores, toldos, tópicos to- dos del típico barrio andaluz y que, sin em- bargo, siempre merece la pena descubrir. Los suelos, como no podía ser de otra manera, están pavimentados con el travertino de la localidad y con empedrados granadinos. Des- de allí, además, en cada descanso de cuesta, se admira progresivamente el paisaje que se descubre en el mirador del Castillo de Ulloa. La Alpujarra, todo el pueblo, los pasos anda-
Iglesia de Nuestra Señora del Rosario
Es lo primero que se encuentra a la entrada del pueblo. La iglesia. El punto de partida ya sea hacia arriba o hacia abajo. Rodeada por bancos donde se puede ver a los viejos del lugar y algún que otro gato o perro intrépido, podría pasar desapercibida para los poco observadores. Esta parroquia a poco que uno se adentre por sus puertas tiene un aroma especial. De estilo neoclásico , sus obras comenzaron en el siglo XVIII debido al estado ruinoso que presentaba el anterior templo dedicado a San Antonio, patrón del pueblo. Fue construida por Ventura Rodríguez, considerado junto con Juan de Villena como el principal arquitecto de España en el siglo XVIII. El último del barroco. A primera vista, resaltan sus retablos, en especial la Inmaculada atribuida a Pedro Anastasio Bocanegra, su altar mayor y en la esquina izquierda uno de los grandes alicientes para su visita. El travertino, esa piedra caliza que se encuentra en el Jardín Vertical, acapara la mayor parte de su pared. Una muestra, de alguna manera, de lo que es Vélez de Benaudalla, el tiempo dando forma a nuevas edificaciones, escasas, pero bellas, y al mismo tiempo, el latir de la tierra que le resiste y que se muestra.
El barrio árabe, formado por calles laberínticas, donde destaca la Escalerilla de los Muertos, camino al cementerio del pueblo
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