BULEVAR SUR nº12 2022

| Made in Sevilla

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¿En qué calles podemos encontrar tus trabajos actualmente? Nunca estoy seguro de cuáles permanecen y cuáles no, pero creo que quedan bastantes obras por la Judería, barrio de Santa Cruz, Alfalfa y cerca de Puerta Osario. La intervención de la entrada de la Escuela Superior de Arte Dramático se conserva bastante bien. ¿Has dejado tu impronta en alguna otra parte? EnMadrid, ciudad a la que necesito volver de vez en cuando, he colocado bastantes en los meses de febrero y marzo. También he intervenido el puente románico de Navaluenga, en Ávila.

«En Sevilla la belleza es impactante y me llegan estímulos continuamente»

¿Por qué elegiste intervenir el monumento dedicado a La Cabina de Mercero? Es un referente muy importante para mí y para muchísimas personas de mi generación. Cuando Televisión Española la emitió solo había un canal. Todos vimos la película y lo hicimos al mismo tiempo. Fue impactante. Cuando fui a visitarlo me encantó, pero instantáneamente eché de menos a José Luis López Vázquez. ¿Qué tal está la salud del arte urbano en Sevilla? Sale mal parada si la comparamos con otras ciudades como Lisboa, París o Roma. Aun así, podemos disfrutar de muchas obras interesantes. La escena es bastante atractiva en el gran formato. Los murales históricos de Alexandra del Bene en la avenida de las Razas son espectaculares. También es recomendable pasear por el barrio de San Pablo y la ribera del río. ¿Qué es lo que más te gusta de colaborar con otros artistas? Es más divertido que hacer las cosas solo. Y más enriquecedor. Quisiera destacar el trabajo conjunto con Anne Crochette, una mujer belga que conocía solo de Instagram. Ella realiza intervenciones con croché y colabora en proyectos como #VioletsAgainstViolence. Cuando vino a Madrid a realizar una serie con motivo del Día Internacional de la Mujer, tuvo la mala suerte de caer enferma. Le ofrecí mi ayuda y, de este modo, la conocí personalmente. Posteriormente, Anne me proporcionó diversos materiales para las obras del 8M y de los refugiados ucranianos. También elaboré para ella un par de vídeos en los que me asesoró sobre varios aspectos de la sensibilidad femenina, pues yo tenía miedo de hacer algo inapropiado.

¿Crees que el lugar donde creciste ha influido en tu estilo? Indudablemente. Todos los sitios en los que crecí y en los que sigo creciendo. Y no solo los lugares, también las personas, los medios de comunicación e Internet, que da acceso a infinitos lugares, obras y artistas.

¿Has calculado el número de tus obras que pueden encontrarse actualmente en Sevilla? No sé cuántas hay ahora mismo porque desaparecen con frecuencia. Pronto repondré y repararé almenos una veintena de ellas. Además, tengo dos piezas muy pequeñas que de momento nadie ha descubierto. Dos pequeños secretos que de momento son solo para mí. ¿De cuál te sientes más orgulloso? De las dos intervenciones hechas a partir de las fotos de la luna de miel de mis padres en Sevilla. Para mí fue algo muy importante, emotivo e incluso sanador. Del resto me cuesta elegir. Le tengo mucho cariño al pavo que completa el mosaico de la calle San Esteban, porque mientras estaba fotografiándolo apareció un hombre entusiasmado con la intervención. Resultó ser el autor. Fue un pequeño milagro. ¿Los viandantes suelen ser respetuosos? Hay de todo. Algunas obras han permanecido intactas desde el principio. Sin embargo, otras solo duran unas horas. Es normal, son pequeñas, fáciles de arrancar y la mayoría están al alcance de la mano. Supongo que también algunas de ellas son irresistibles para los niños. Aunque me da pena, no me enfado. Es parte del juego.

«La inspiración es mágica e imprevisible»

¿Tenías una experiencia previa en el mundo del arte o el diseño? En el mundo del arte, no. En el del diseño, un poco. Mi trabajo era tanto técnico como creativo. Hice infinidad de autopromociones para televisión. Aparte de visionar mucho cine y series, escribía guiones y me encargaba del montaje, la ambientación musical y la realización. ¿En qué momento comenzó a interesarte el arte urbano? En los años ochenta. EnMadrid todos adorábamos a Muelle, un grafitero que falleció de forma prematura pero que dejó una huella muy profunda.

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