BulevarSur N8_Verano 2020-pliegos

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EL REFLEJO DE UNA ÉPOCA E berto Martínez Baldrich. Mucho antes de que llegasen los fotógrafos de moda, ellos eran los que se encargaban de dar forma y color a las portadas y editoriales de las re- vistas reflejando, a su vez, las inquietudes de la sociedad y los cambios en la moda. Pero para llegar a describir y comprender el estilo de este autor, se hace necesario desplegar sobre la mesa cómo era la so- n las primeras décadas del siglo XX se abre paso en Eu- ropa un nuevo modelo fe- menino, captado y plasmado por artistas masculinos, en- tre los que se encuentra Ro-

ciedad del momento y, sobre todo, cómo era la imagen de la mujer moderna, esa mujer protagonista de sus obras a lo largo de toda su trayectoria. Se produce una transformación decisiva en las mentalidades y se promueve un movimiento de liberalización femenina. A partir de este momento la mujer asu- mirá un nuevo papel, el de seductora y atrevida. Un estereotipo que rompe con la imagen anterior que la constreñía al ámbito familiar y hogareño y que, a par- tir de ahora, reivindica su libertad, inde- pendencia y protagonismo.

Ese nuevo estereotipo de mujer se aso- maba a las páginas de las revistas, pro- tagonizaba carteles y, finalmente, daba el salto a la gran pantalla. Como conse- cuencia, y dado el poder de divulgación de los medios de comunicación, este perfil se difunde e influye en el público, creándose modelos de conducta a seguir y provocando en la población el deseo de adquirirlo.

Ilustraciones publicadas por

la revista semanal Blanco y Negro y por el diario ABC se hacen eco de la imagen de una nueva mujer.

Roberto Martínez Baldrich, Portada, ABC, núm. 15.889, 10 de febrero de 1957. Museo ABC de dibujo e ilustración, Madrid Roberto Martínez Baldrich, La fiesta en el buque, Blanco y Negro, núm. 2.348, 19 de julio de 1936. Museo ABC de dibujo e ilustración, Madrid

Roberto Martínez Baldrich, La hora del aperitivo, Blanco y Negro, núm. 2.320, 5 de enero de 1936. Museo ABC de dibujo e ilustración, Madrid

UN PROFESIONAL AUTODIDACTA En este contexto revolucionario nace el pintor, dibujante, figurinista y cartelista que solía firmar con el apellido materno, Roberto Martínez Baldrich (Tarragona, 1895-Madrid, 1959). Hijo del general Severiano Martínez Anido, inicialmente empezó la carrera militar pero acabaría dedicándose al arte y el diseño. «Fue sin duda la afición a la pintura de mi padre la que decidió mi vocación de dibujante. En Tarragona, en su estudio, se reunía con varios ami- gos, todos aficionados a la pintura como él. Yo tendría tres años y naturalmente quería hacer lo que veía hacer. Y me po- nía a emborronar lienzos» Sus antecesores académicos: ninguno o casi ninguno. Todo su aprendizaje ofi- cial se reduce a unos seis o siete meses de asistencia a una clase de dibujo en el

Ilustraciones publicadas por la revista semanal Blanco y Negro y por el diario ABC se hacen eco de la imagen de una nueva mujer activa y moderna, sofisti- cada, chic, coqueta, urbanita y con un toque de inmoralidad, que juega a la se- ducción, vestida y maquillada a la nueva moda, y que adopta nuevos hábitos y conquista roles y espacios tradicional- mente masculinos, fumando, bebiendo licores en cafés o asistiendo a salas de fiestas o teatros. Entre los ilustradores españoles fueron Penagos, Ribas o Baldrich los más acer- tados intérpretes del nuevo paradigma femenino. Demuestran poseer una ex- celente información sobre la evolución de la moda y están en contacto perma- nente con París como centro creador de las nuevas corrientes del vestir feme- nino, que adaptan al gusto español. Su trabajo revolucionó e inspiró –y sigue haciéndolo- al mundo del arte y de la moda, definiendo una profesión que hoy en día continúa en auge.

Ateneo de Tarragona cuando contaba con la edad de 10 años. «Mi mejor re- cuerdo de aquellos días es que fui con- discípulo de Julio Antonio. En cambio, privadamente, he sido un incansable» Antes de triunfar con sus dibujos donde destacan los ambientes siempre elegan- tes y cosmopolitas, le rechazaron varios trabajos y pasó una temporada de dificul- tades económicas. En 1917 se traslada a Madrid con 22 años y por primera vez se propuso deducir algún beneficio econó- mico de sus aficiones artísticas. Su pri- mer intento fue con un dibujo que entre- gó a Tomás Borrás, escritor y periodista, por el que no le pagaron más de 5 pese- tas pero que él consideró todo un éxito que le animó a llamar la puerta de Prensa Gráfica , donde no le publicaron nada. No desistió y volvió a intentarlo tiempo des- pués hasta que logró su primer encargo: ilustrar un cuento de García Sanchiz y desde entonces, con más o menos asidui- dad, colabora con esa casa a la que tanto deben los dibujantes españoles.

Roberto Martínez Baldrich, En el «golf» de Le Touquet. Un descanso, ABC, núm. 9.470, 17 de septiembre de 1933. Museo ABC de dibujo e ilustración, Madrid

Roberto Martínez Baldrich, Portada. Aeropuerto, ABC, núm. 15.555, 15 de enero de 1956. Museo ABC de dibujo e ilustración, Madrid

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