DE COSTA A COSTA, Suplemento La Voz de Cádiz 31-05-2019

LA VOZ S U P L E M E N T O E S P E C I A L V I E R N E S 3 1 · 0 5 · 2 0 1 9

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Un rincón de América al sur de Europa Patrimonio

Cádizofreceuna rutaqueevoca su relacióncomercial ycultural conel NuevoMundo

Iglesias, palacios, casas de comerciantes... El visitante puede encontrar en la Bahía de Cádiz rastros de la profunda unión entre esta zona y Sudamérica :: LA VOZ CÁDIZ. En sus inmortales ‘Habaneras de Cádiz’, Antonio Burgos escribió, y Carlos Cano lo cantó, que «La Haba- na es Cádiz con más negritos y que Cá- diz es La Habana con más salero». La profunda huella de la relación entre América y la Bahía, fruto del inter- cambio comercial que duró siglos, está plasmada no sólo en las tradiciones culturales e incluso en cierta manera de ver la vida sino, también, en la ar- quitectura de muchos rincones de la zona más meridional de Europa. El viajero que tenga la mirada abierta sentirá que, sin cambiar moneda ni llevar pasaporte, se ha transportado hasta América sin abandonar Cádiz. Es quizá en la capital donde esas hue- llas del pasado americano y comercial está más presente. En el momento en que se entra en el puerto, por empezar por algún sitio, el visitante puede con- templar la espléndida catedral, construi- da en buena parte con el dinero provi-

riedades. Dentro de la misma capital, destaca la antigua Aduana, hoy Palacio de la Diputación, donde debían pasar las mercancías que llegan a España proce- dentes de ultramar. LaCárcel Vieja (hoy Casa de Iberoamérica) es el típico ejem- plo de construcción colonial, al igual que los baluartes defensivos gaditanos re- cordarán a los que jalonan las costas de Colombia, Cuba o incluso Guatemala. En la Alameda, la iglesia del Carmen recuerda a construcciones deMéxico y el Caribe y numerosas estatuas evocan a los distintos próceres latinoamerica- nos y su relación con España. Por supuesto, quien busque la huella americana debe pasar por Sanlúcar, don- de se tienemuy presente que fue el lu- gar de donde partió Elcano hace 500 años para dar la primera vuelta al mun-

pectacular cúpula amarilla (una extrava- gancia dentro de la cristiandad ) preten- día dar la idea de que era de oro el recu- brimiento del primer templo gaditano. Pero es quizá la abundancia de torresmi- radores el rasgo arquitectónico que sim- boliza con más precisión esa unión de continentes. Los comerciantes gadita- nos (entendiéndose por gaditanos los que vivían o comerciaban en la Tacita, ya que buena parte de ellos eran de ori- gen italiano, británico o, incluso, holan- dés) construyeron toda una suerte de torres desde las que divisaban la llegada Sanlúcar reivindica, en el V Centenario de la Vuelta al Mundo, que la expedición de Elcano partió de su puerto

Flamenco y Carnaval: cuando el cante va y vuelve del Atlántico Son dos caras de la misma mo- neda: el arte popular. El flamen- co y el Carnaval cruzaron el Atlántico y volvieron hasta Cá- diz con nuevos matices, olores y sabores. En el flamenco, son célebres los llamados ‘cantes de ida y vuelta’, sones que fueron a América con los emigrantes ga- ditanos y volvieron cargados de sabor criollo, con nuevos ins- trumentos a veces y con una notable influencia en los temas y en la melancolía propia de aquellas tierras. En el Carnaval, la murga uruguaya es heredera de la chirigota gaditana. De he- cho, la primera agrupación sur- gida en el celebérrimo Carnaval uruguayo se llamaba ‘La gadita- na’. Ya a principios de este si- glo, la relación entre ambos car- navales se estrechó con la Capi- tal Iberoamericana del Carnaval y el hermanamiento entre la murga de Agárrate Catalina y el grupo de JuanCarlos Aragón, que hizo quemuchos gaditanos conocieran los lazos que unían ambas fiestas.

do. En este sentido, tampo- co se puede olvidar que el primer mapamundi de la historia se elaboró en El Puerto (ciudad que

de los barcos cargados de mercancías del puerto de Cádiz. La muestra

aún conserva los palacios demu- chos indianos), en 1500, gracias a los cálculos de Juan de la Cosa.

de obra civil es única en la ciudad y ofre- ce toda una suerte de va-

niente del co- mercio con las indias. La es-