ESPECIAL 20 AÑOS ABC CÓRDOBA 24-10-2020

SierraMorena, turismoestelar

TEXTO JULIA LÓPEZ / FOTO QUERCUS

Desde hace siete años los cielos de Sierra Morena confor- man la mayor reserva astronómica «Starlight» del mun- do, es decir, sus cielos son aptos para la observación as- tronómica gracias al compromiso adquirido en el plano de reducir al máximo la contaminación lumínica. El des- lumbrante paisaje que ofrece Sierra Morena se torna por la noche en otro de idénticas dimensiones y que se en- cuentra «escondido» entre su cielo. En el ocaso de los días se vislumbran, entre las dehesas, miles de estrellas que han permitido a numerosos pueblos de la zona a relacio- narse con el astroturismo y las posibilidades que del mis- mo se derivan. Córdoba, además, sumó en 2016 otra re- serva astronómica, la de la comarca de Los Pedroches. Y es que si algo hay meridianamente claro es que la inicia- tiva Starlight no aboga solo por cuidar los cielos noctur- nos, sino también por ponerlos en valor. De ahí, que la oferta de actividades y posibilidades para disfrutar de la noche cordobesa bajo el firmamento se hayan extendido con el tiempo. Una certificación que se mueve en el cam- po de lo rural, pero que involucra a ocho núcleos urbanos —Montoro, Obejo, Adamuz, Villaharta, Espiel, Villanue- va del Rey, Villaviciosa de Córdoba y Hornachuelos— pero también a los parques naturales de Cardeña y Montoro y el de la Sierra de Hornachuelos. Un poderoso conjunto que ofrece alternativas para pasar días inolvidables en un ambiente mágico.

Cabra, cima del fervormariano

TEXTO FELIPE OSUNA / FOTO F. OSUNA

La devoción mariana en la provincia tiene infinidad de ex- presiones. Todas comparten un arraigo centenario y la mis- ma pasión. No hay municipio donde no se rinda culto a la Virgen, muchas de ellas coronadas canónicamente. Pero hay lugares donde esa devoción bulle a raudales y es todo un símbolo. La Virgen de la Sierra es el faro que guía la de- voción mariana desde el corazón de Andalucía. Bajo su manto se envuelve un entresijo de sentimientos cada cua- tro de septiembre cuando el reloj marca las cuatro de la tarde. En esa Hora Santa, el corazón de sus devotos late conmás fuerza al ser unmomento de reencuentro con una tradición arraigada con fuerza. Es un momento también de encuentro para los que viven a cientos y miles de kiló- metros de distancia con sus seres queridos. Una llamada desde cualquier parte del mundo traslada la algarabía que se vive en esa jornada en el Picacho, para que el ausente pueda sentir ese momento tan puro y propio donde los ví- tores y los aplausos atronan cuando la Divina Serrana atra- viesa el cancel del templo para comenzar la tradicional Bajá. Es tanto el fervor que hasta el olor a nardos puede percibirse en la distancia al igual que los rezos, silencios, sonidos y más sensaciones que se repiten cada cuatro de septiembre. ¿Cómo renunciar a una tradición, a un senti- miento tan puro? Al igual que en Cabra, en Lucena, Rute, Priego o Baena, por citar algunos municipios, la devoción es más que un sentimiento.

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