ESPECIAL 90 ANIVERSARIO ABC SEVILLA 12-10-2019
Adiós al «complejo del 92»
E n lo que a infraestructuras principales se refiere, Sevilla se ha convertido en los últimos años en una gigantesca sala de espera en la que los ciudadanos aguar- dan, entre atónitos y desesperados, que de una vez se atiendan por parte de las administraciones unas demandas que se ulceran en cajones. Siguen liquidando aquella vieja hipoteca de todo lo ejecutado en la capital andaluza conmotivo de la Exposición Universal de 1992. Desde que la gran muestra concluyó, y ya ha llovido, Sevilla paga la pena —entre acomplejada e indolente— en forma de marginación flagrante en obras públicas, que bien se descartan o bien se prolongan en el tiempo hasta límites escandalosos pese a la clara necesidad de las mismas. No se ha superado aún del todo el «complejo del 92», algo por lo que incluso se ha creado este mismo año una platafor- ma cívica, Sevilla Ya, en la que se han unido desde la patronal a los sindicatos e instituciones de toda índole para reclamar con toda la vehemencia posible a los políticos las infraestructuras pendientes desde hace años. Este nuevo lobby conoce bien cómo son las cosas y ha decidido cambiarlas. Por eso, al referirse al futuro a corto y medio plazo de la ciudad y de la provincia, las reservas han de ser enormes y las alusiones a los plazos deben estar preñadas de cautelas, reparos y matices. Por mucho que se anuncien proyectos, la posibilidad de que éstos se frustren nunca debe obviarse por estas latitudes. Aunque haberlos, haylos. Con ese punto de partida relativista a ultranza, el ejercicio de abstracción que supone pensar en la Sevilla de dentro de diez, quince o veinte años permite imaginar alguna de esas grandes obras o planes esenciales ya materializados y convertidos en ejes estratégicos de la vida y de la economía, que empiezan a ser casi la misma cosa, lamenta- 90 AÑOS DE ABC DE SEVILLA
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blemente. Aeropuerto y puerto, de este modo, son dos de las apuestas cruciales de Sevilla para, de una parte, poder sostener el nivel actual de su primera industria, el turismo, y, de otra, para mantener la respiración asistida y ciertas constantes vitales mínimas en la industria que queda. Ésta depende en buena medida de las instalaciones fluviales y de la reinvención que la Autoridad Portuaria está ya poniendo enmarcha para diversificar la actividad, una vez estancado el negocio tradicional de la mercancía que se exporta por el Guadalquivir. Más allá de la mejora de las conexiones ferroviarias que se van a poner enmarcha, de mucha relevancia para la logística, ahora el puerto se está ampliando mediante concesiones de suelo a proyectos innovadores y de tecnología como modo de supervivencia y tras aparcarse casi definitivamente el famoso dragado de profundidad y un aumento del calado. Hacen falta nuevas fórmulas para dinamizar ese espacio y en unos años deben verse los resultados de este nuevo impulso más centrado en los usos como polo industrial y comercial ordinario que en lo que puede dar de sí un puerto puro y duro. En este sentido destaca el acuerdo firmado este mismo verano entre Puerto y Universidad de Sevilla para desarrollar un centro de innovación universitario en la zona de servicios. Se trata de un nuevo edificio que se levantará en los suelos del Polígo- no de Astilleros para captar el interés de las empresas y para que sirva, además, como transferencia de conocimiento académico, un ambicioso plan que debe dar un nuevo sentido a ese espacio vital. El proyecto incluye una incuba- dora para empresas y supone la inversión de 21 millones. El objetivo, desde luego, requiere ese esfuerzo económico. Como ocurre con el puerto, el otro espacio industrial por antonomasia de Sevilla, Aerópolis,
POR EDUARDO BARBA
El Parque Científico y Tecnológico de la Cartuja y Aerópolis deben abanderar el avance empresarial y el salto definitivo hacia un modelo más moderno y dinámico NUEVA ECONOMÍA
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