ESPECIAL 90 ANIVERSARIO ABC SEVILLA 12-10-2019

JOSÉ UTRERA MOLINA Gobernador civil El padre del Polígono

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ABCdesevilla.es 12 octubre 2019

HEMEROTECA ABC

El Gran Poder, que en enero había acudido a Nervión por las misiones populares, salió por última vez de la parroquia de San Lorenzo para entrar en su basílica, que bendijo el arzobispo al día siguiente 1965 28 MAYO

DESTACADOMIEMBRO DEL ALAMÁS A LA DERECHA DEL FRANQUISMO, TRANSFORMÓ LA CIUDADDESDE SU CARGO DE GOBERNADOR CIVIL

POR STELLA BENOT

MARTÍN CARTAYA

Utrera Molina, en

una procesión con el uniforme del Movimiento como jefe provincial

L A organización territorial del Estado durante el franquismo depositó en los gobernadores civiles un poder inmenso. Tan grande que mandaban más en sus provincias que los propios alcaldes. Los gobernadores civiles velaban por el cumpli- miento estricto de las normas del Movimiento pero también eran quienes estaban más pegados al terreno y resolvían los problemas más acuciantes. Esta es también la historia de José Utrera Molina, gobernador civil de Sevilla entre 1962 y 1969 y artífice, en aquellos años, de la transfor- mación de la ciudad en la que jugó un papel decisivo. En 1961, el Tamarguillo se desbordó en una tragedia que afectó a 125.000 personas; 30.176 de ellas quedaron sin hogar; 4.172 viviendas se inundaron; se perdieron 1.603 chabolas y 1.228 edificios sufrieron graves daños. Una grave situación que se sumaba a la ruina económica de la ciudad que no se había recuperado de la posguerra. Corrían los terribles años 60 en los que Sevilla se caía literalmente. Eran también años negros de accidentes catastróficos de carretera, de aviación (como la recordada Operación Clavel), de muertos por derrumbes de edificios y el gobernador civil de Sevilla, una ciudad a la que quiso profunda- mente, peleó y presionó en el Gobierno de Franco para que se construyeran 8.800 vivien- 90 AÑOS DE ABC DE SEVILLA

das, las que conformaron los barrios del Polígono de San Pablo. Viviendas dignas que supusieron un techo para los más humildes de Triana, la Macarena y San Bernardo, entre otros. Gracias a esta iniciativa, chabolistas pudieron tener una vivienda digna pagada por el Estado. Una labor en la que también fue clave Gregorio Cabeza, responsable de la Secretaría de Viviendas y Refugios, que organizó 25 refugios en las cocheras de los tranvías, el cuartel de la Policía Armada, la Puerta Osario, Charco Redondo y Los Bermejales, que acogieron a más de 115.000 personas. La máxima de Utrera Molina era «la mejor universidad es una vivienda», frase que resume el espíritu con el que abordó su cargo político en Sevilla. Era también el jefe provincial del Movimiento y siempre trató de revitalizar la organización juvenil de la Falange, muy deteriorada en los años del tardofranquismo. Era el gobernador civil onmipresente en Sevilla, una ciudad que controlaba en todos sus resortes y uno de los miembros destacados del «búnker», el ala más a la derecha en el gabinete del dictador. Falleció en 2017 con 91 años y vio cómo la Ley de Memoria Histórica le retiraba el nombre de la calle que tenían en Sevilla —la que daba acceso al barrio del Polígono de San Pablo— así como todos los honores que le habían sido concedidos, como la medalla de oro de la Diputación.

VIDAS DE PAPEL

30/1/1969

Era habitual que las corporaciones locales acudieran al palacio de El Pardo para cumplimentar al Jefe del Estado. Utrera Molina, gobernador civil, encabezaba la delegación sin falta

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