ESPECIAL ASÍ FUE CóRDOBA 2020

ASÍ FUE CÓRDOBA 2020 29

ABC

JUEVES, 31 DE DICIEMBRE DE 2020

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√ EN JULIO, LOS PRIMEROS CLIENTES EN LA APERTURA FUERON ANDALUCES SOMOS UN BUQUE QUE LUCHA ABIERTO CONTRA LA TEMPESTAD AHORA LOS CLIENTES SON NACIONALES Y PONEMOS LAS CENAS A LAS 22.00 HORAS

Abril fue el mes de reorganizar todo, con los empleados ya en el ERTE, había que em- pezar a pagar facturas pendientes de pro- veedores, recibir cancelaciones, hacer de- voluciones a clientes, y la cascada de anu- laciones de bodas y comuniones. El director del Bailío recuerda que eran muchas, por- que iba a ser un año buenísimo. «Las can- celaciones eran chorreo diario. Era el mo- mento de hablar con todos, con los novios o los padres de las comuniones para modi- ficar fechas, pero las reservas de clientes eran como una montañas de naipes que se iban cayendo», admite Pérez. «Las reservas que había en mayo [que eran muchas] se nos echaron por tierra. En ese mes, los grupos suelen ser extranjeros, no solamente alojamiento, sino también co- midas de empresas», cuenta Pérez. De los recuerdos más bonitos que tiene el direc- tor del cinco estrellas fue cómo prepararon muy bien la vuelta desde el punto de vista del marketing y de mantenimiento. Eran tiempos de trabajar con los protocolos e ir formando al personal en Covid-19. El 3 de junio tenían ya todos los medios higiénicos y sanitarios. Su gran satisfacción fue com- probar que el hotel pese a estar cerrado esos meses no había perdido el encanto, mante- nía su zonas de Palacio, el spa, sus jardines, pero ahora las llaves eran contactless y la carta del restaurante tras un código QR. Aún no había fecha exacta para la rea- pertura, fue sobre lamarcha. Pero había que dar el salto. Alberto admite que apostaron por abrir pero no sabían cómo iba a ser, des- conocían si iba a haber demanda o no. Con

lo que sí contaba Pérez era que abrían con con el buen sabor de boca con el sello de ca- lidad, y la felicitación de la auditoría de cer- tificación. En ese punto, lo que más les gus- taba al equipo del Hospes era ver clientes. «Estábamos todos súper emocionados. Te- níamos que vender experiencias a los clien- tes que habían sufrido ese confinamiento de meses. Ahora, los clientes querían vivir un hotel en todas sus posibilidades, desde darse un masaje o tumbarse en la tumbona al sol, querían disfrutar», apostilla. Estos primeros clientes querían un fin de semana para evadirse de esos meses en- cerrados, que les cocinasen, y los primeros que llegaron fueron andaluces. Esos clien- tes, recuerda Alberto Pérez, estaban en una burbuja, se echaban gel hidroalcohólico constantemente; los primeros días estaban muy vigilantes con todas las medidas, eran cautos. Había mucha incertidumbre sobre qué me voy a encontrar en el hotel», mati- za el director. «Hubo usuarios que cancela- ron su reserva porque era imposible para ellos coger un tren, y tenían miedo. Sin em- bargo, otros clientes que ya habían venido antes, eran repetidores, querían volver», asegura este director. Los primeros meses de julio y agosto sir- vieron de impulso porque dejaron un buen sabor de boca sobre todo con franceses y procedentes de Benelux. En ese momento, se podía viajar por Europa, eso ayudó a las reservas. Pero en septiembre y octubre se cayeron los extranjeros. El hotel se quedó con el cliente nacional, es decir, «ese espa- ñol que tenía la costumbre de irse los Puen-

tes a Nueva York y decidió quedarse aquí. Fue el turismo de interior», afirma Pérez. Ese fue un gran cambio para el Hospes, un hotel en el que trabajan 20 por ciento de cliente nacional y el 80 por ciento extran- jero. El largo recorrido de Australia, EEUU o Asia estaba perdido. De Europa llegó el francés y de Benelux, si llegaban británicos eran residentes de la Costa del Sol hasta que se cerraron fronteras. El primer gran cambio por este cambio de perfil del cliente era que al ser el turista nacional, las cenas volvían a las 10 de la no- che, por ejemplo. Además, el hotel cambió la política de cancelación y reservas. Por primera vez, había bodas para 30 personas, que se contrataban un martes para un sá- bado, y con la cautela de que si les confina- ban el viernes no se celebraba. Un cambio radical si se tiene en cuenta que las bodas se solían reservar con dos años de antela- ción con 100 o 150 personas. «Ahora, escu- chabas a la novia decir que no habría baile ni barra libre, y al salir resoplaban porque habían pasado el trago», cuenta el director. En octubre hubo Patios y el cliente espa- ñol pudo bajar a Córdoba. A partir de noviembre los números son malos con los cierres perimetrales en Ma- drid y Andalucía. El Hospes Bailío se man- tiene abierto de lunes a viernes con empre- sas, y el fin de semana aún cuesta. El últi- mo decreto hizo que se cancelasen las reservas. De 55 trabajadores, 30 siguen en ERTE. «Tenemos la esperanza puesta en la vacuna y en la primavera. Somos un buque que lucha contra la tempestad», conlcuye.

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