ESPECIAL ECONOMÍA ANDALUZA 01-07-2021

ABC Julio 2021

ECONOMÍA ANDALUZA ///

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ROGELIO VELASCO CONSEJERO DE TRANSFORMACIÓN ECONÓMICA, INDUSTRIA, CONOCIMIENTO Y UNIVERSIDADES

OPTIMISMO REALISTA

E

«Todos los analistas apuntan a una

l impacto de la pandemia sobre la economía ha sido, hasta el primer trimestre de 2021, extraordinariamente elevado. La especialización de la estructura productiva andaluza y española ha provocado que el efecto sea demoledor en sectores como el comercio, el transporte o la hostelería, cuyo valor añadido se sitúa un 21% por debajo del nivel precrisis, o las actividades artísticas y recreativas, que han perdido un tercio de su valor añadido. El gasto total de los turistas extranjeros que visitaron Andalucía en 2020 cayó un 76,8% respecto al año anterior. La crisis ha hechomella en pymes y autónomos, ha deteriorado principalmente el mercado de trabajo de asalariados con contrato temporal y se ha cebado con los más jóvenes y los empleados de menor renta. Al tiempo, el déficit de las Adminis- traciones se ha disparadomás de ocho puntos, hasta el 10,8% del PIB, y la deuda pública, 24,5 puntos, hasta el 120%. Aunque pueda parecer una radiografía cierta- mente negativa, todos los analistas apuntan a una recuperación relativamente robusta de la activi- dad a partir de la segunda mitad del año. La normalización de la coyuntura sanitaria, con un alto ritmo de vacunación, la liberación del ahorro acumulada por los hogares, la reactivación del turismo internacional, el mantenimiento de los estímulos fiscales y monetarios y la implementa- ción de los fondos europeos (marco plurianual y Next Generation) son generadores de un optimis- mo realista. Valorando estos factores positivos sobre el PIB, el empleo y las cuentas públicas, se estima que la recuperación a niveles pre-pandemia podría producirse en torno a la segunda mitad de 2022. Para que alcancemos con éxito este escenario de reactivación efectiva, el apoyo a la economía debe mantenerse hasta que la recuperación sea

sólida, tanto en política monetaria como en política fiscal. El Covid ha tenido algunos efectos que podrían tener implicaciones duraderas, tanto en los hogares (con cambios en hábitos de consumo, movilidad, teletrabajo, etc.); en el crecimiento potencial (posible aumento del desempleo estructural y reducción del stock de capital), en el sector bancario (riesgo de crédito); en las finanzas públicas (ha aumentado la vulnerabilidad y se han reducido los márgenes de actuación de la futura política fiscal). Por todo ello, es el momento de ajustar la economía a las nuevas realidades y abordar retos estructurales anteriores a ella: potencial de crecimiento reducido; envejecimiento poblacional; sostenibilidad finanzas públicas; deficiencias mercado laboral; capital humano; desigualdad; cambio climático o digitalización de múltiples sectores, como el bancario. Para dar respuesta a estos desafíos debemos, en primer lugar, diseñar y aprobar una agenda de reformas estructurales ambiciosas y con vocación de permanencia. Me refiero, por ejemplo, a promover un aumento sostenido de oferta de viviendas en alquiler; favorecer el crecimiento empresarial a través de la revisión de sumarco regulatorio o de herramientas de financiación; incrementar el capital humano y tecnológico; reforzar las políticas activas de empleo; potenciar la empleabilidad de los trabajadores mayores; o reforzar la sostenibilidad del sistema público de pensiones. Si queremos marcar el camino hacia el creci- miento estable, estamos en la obligación de definir y ejecutar un plan de consolidación presupuesta- ria plurianual, un proceso de saneamiento de las cuentas públicas que permita reconstruir los márgenes de actuación fiscal frente a crisis futuras. Al mismo tiempo, hemos de poner el foco

«El Covid ha tenido algunos efectos que podrían tener implicaciones duraderas» recuperación relativamente robusta de la actividad»

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