ESPECIAL ECONOMÍA ANDALUZA 01-07-2021
ABC
90 /// ECONOMÍA ANDALUZA
Julio 2021
JUAN BRAVO BAENA CONSEJERO DE HACIENDA Y FINANCIACIÓN EUROPEA LA HORA DE LOS BUENOS GESTORES
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«Toda medida debe ir dirigida a la recuperación económica y a fomentar el consumo y la inversión»
tipos nominales y perjudicando la inversión y el emprendimiento. Bajando impuestos, tal y como se demostró en Andalucía en 2019, aumenta la recaudación. Porque, en efecto, recaudar sigue siendo importante. Es necesario para poder tener unos servicios públicos esenciales de calidad, pero no a costa de que las clases medias paguen más impuestos. Por eso siempre debemos atender a ese criterio básico que nos debe regir: el equilibrio. Pero siendo clave una política fiscal equili- brada, ésta no debe, ni puede, ser la única solución. Porque se habla mucho de recaudar, pero muy poco del gasto. De reducir gasto superfluo en el que incurrimos las administra- ciones. O de reducir duplicidades administrati- vas. Únicamente bajando impuestos no se levanta una economía. Debe haber mucho más. No es momento de ideologías. Sí de empujar donde más hace falta, y es lo que hemos pretendido con esta segunda bajada de im- puestos, impregnada de un marcado carácter social: se incrementa el importe de la deduc- ción a 200 euros, y a 400 por nacimiento de un hijo si el contribuyente reside en un municipio despoblado; medidas de apoyo a víctimas de violencia doméstica y de terrorismo; familias numerosas… e incluso potentes deducciones en el ámbito del I+D+i de hasta el 50%. No es momento de ideologías. Miremos a Europa. Fijémonos en países como Portugal, donde gobierna la izquierda, que baja impues- tos, simplifica trabas y es un país amigable para la empresa. Pongamos nuestros cinco sentidos en las cinco ‘e’: estabilidad, eficacia, eficiencia, economía y empleo. No es momento de ideologías, de izquierdas o derechas, y sí de demostrar que queremos estar arriba y no abajo. Por eso, por encima de todo, es la hora de los buenos gestores.
esde hace meses, venimos hablando de que son dos los virus que padecemos, el sanitario y el económico. Doblegado poco a poco el primero, es hora también
de devolver la salud a empresas y autónomos. De reactivar, en definitiva, nuestra economía. La pandemia ha supuesto una crisis mundial sin precedentes y, por tanto, a corto y medio plazo, toda medida que se adopte debe ir dirigida a la recuperación económica y a fomentar el consumo e inversión. Objetivos todos ellos que confluyen en nuestra gran prioridad: el empleo. Y en esa hoja de ruta inmediata, también la política tributaria es una herramienta de máxima utilidad. Sin duda, la reforma fiscal aprobada por el Gobierno andaluz, iniciada en 2019 y ampliada recientemente, se erige como palanca para esa pretendida reactivación. Si hay un criterio que viene marcando las políticas impulsadas por el nuevo Gobierno de la Junta, es el equilibrio. Y la bajada de impues- tos impulsada desde el inicio de la legislatura en Andalucía no es una excepción. Una propor- cionalidad que no existía en ese ámbito en nuestra comunidad, lastrada por una fiscali- dad que nos había colocado en la lista de las regiones más hostiles. Desde el Gobierno andaluz siempre tuvimos claro que toda reforma fiscal que se plantease debía descansar sobre un sistema tributario que no incrementase la presión sobre el contribuyente. Todo lo contrario: conseguir bajar las tasas de desempleo y, al ser mayor el número de las personas ocupadas, que aumen- ten las bases imponibles y se fomente el consumo... y así el propio empleo. Ahí es donde se cierra el círculo y la fórmula cobra sentido. Tenemos que aspirar a conseguir un sistema tributario moderno, proporcionado, en la línea que proponen todas las instituciones interna- cionales. Y eso no se consigue subiendo los
«Se habla mucho de recaudar, pero muy poco de eliminar el gasto superfluo»
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