ESPECIAL PASIÓN EN CÓRDOBA 2020
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conjunto acorde a la devoción que ya reunía. El manto, que se estrenó en aquel año y realizó en hilo de plata Bordados Salteras, era la última creación de Fray Ri- cardo de Córdoba para la Virgen de la Paz y empezó el camino que culminó en 2012 con el palio y las bamba- linas, dibujadas por Jesús de Julián. Todo había cambia- do lo justo: si el palio tenía cresterías, el nuevo también, aunque se renovaran; si el anterior llevaba caídas muy largas y elegantes, este también; si siempre maravilló El palio de las palomas tuvo mucho éxito en los años 80, pero la cofradía culminó en 2012 el proyecto de tener un conjunto con bordados en hilo de plata
este animal como eje iconográfico y otra vez un San Ra- fael en la gloria del palio. Era un conjunto sencillo, que hizo en aplicación, es decir, en recortes, Joaquín Ojeda. No tenía el mérito de un palio bordado en hilos de oro o de plata, pero su conjunción sedujo a muchos, sobre todo en un momento en que eran mayoría absoluta los palios absolutamente lisos y hasta con respiraderos provisionales. En 1989 se estrenó el manto a juego y la Paz ya se parecía a lo que hoy se conoce: una cofradía alegre y extrovertida en la calle, que convocaba a mul- titudes en muchos lugares y especialmente en los Jar- dines de Colón. En 1985 decidieron incorporar a sus úl- timos metros el recorrido hasta la fuente y luego de vuelta hacia Capuchinos. Forma parte de su esencia de tal forma que la fuente está en sus ciriales y ni en las salidas extraordinarias han renunciado a pasar por allí.
Allí se unían la luna llena de la madruga- da ya del Jueves Santo, las marchas y la voz del capataz que mandaba la cuadrilla. Allí estaba otro de los nombres imprescindibles: Rafael Muñoz Serrano. Había aprendido de José Gálvez Galocha el oficio y en 1974 creó la primera cuadrilla de hermanos costale- ros de Córdoba bajo el Cristo de la Expira- ción. Hablaba con dulzura, conocía el oficio y sólo la muerte lo separó de su Virgen de la Paz: cuando tomó el martillo su hijo se- guía acompañándolo el Miércoles Santo. A finales de la década de 1980 ofrendó Juan Martínez Cerrillo a su Virgen de la Paz el camarín de guadamecíes en que se el vene- ra, como último gesto de cariño. En los años siguientes, la cofradía, ya muy crecida, iba a dar pasos hacia su protagonismo decisi- vo en la Semana Santa. Como otras cofradías, la Paz renovó al completo su paso de misterio, del que sólo quedó el Señor: en 1997 se estrenó el nuevo y espectacular conjunto, obra de Antonio Bernal, con un paso no menos impactante que hicieron los talleres cordobeses de San- ta Águeda. Muchos llegaron a la cofradía por aquel conjunto que además tenía una forma de andar muy extrovertida, pero la cofradía seguía siendo la Paz. Ya era para entonces la segunda en número de nazare- nos y se empezaba a hablar de la corona- ción canónica en los últimos años del siglo XX. No era el tiempo, aunque las coronacio- nes se multiplicasen por todas partes. El siguiente paso en su evolución llegó a partir de 2009, cuando Manuel Quirós vol- vió a ser hermano mayor y emprendió el ca- mino de que la Virgen de la Paz tuviera un
Arriba, la Virgen de la Paz recrea su llegada a Capuchinos. Debajo, el hermano mayor, Enrique Aguilar, con Manuel Valera y el diseño de la corona que se impondrá a la Virgen en octubre
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PASIÓN EN CÓRDOBA
GRANOS DE ARENA QUE SE HACEN DE ORO
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