ESPECIAL PASIÓN EN CÓRDOBA 2022

F UE la banda de una cambio de época, la primera indiscutida y omnipresente en la Semana Santa de Córdoba. La agrupación musical Nuestro Pa- dre Jesús de la Redención, la banda de la Estrella, llegó a tocar en la ciudad de Domingo de Ramos a Vier- nes Santo. Con más de treinta años, tres discos, un soni- do personal y obras propias que asombraron a los aman- tes de la música. Había ratos en que parecía que iba sola, con el movimiento exacto del compás binario. —¿Por qué escapaba del protagonismo su director? —Intento pasar inadvertido, es mi forma de ser. Soy muy tímido y no me gusta destacar. Con la banda voy perdido, tocando, y soy director porque alguien tiene que llevar el control y la coordinación en la calle. Pero a mí, realmen- te, lo que me gusta es tocar. AManuel Luque Bellido (Cabra, 1967) corresponde una parte de lo que ha conseguido esa banda que dirige en la calle desde la discreción de un trombón o una corneta. Estuvo al frente de la banda de cornetas y tambores del Císter y al desaparecer, en 1989, creó algo que no había en Córdoba, una agrupación musical, en su jovencísima her- mandad de la Estrella. Su primera impresión de hombre tímido esconde a alguien que si no se extiende en respues- tas largas es porque piensa mucho más que habla. —En los años 80, cuando usted empezaba, la música pa- recía accesoria, casi daba igual la banda que viniese. Hoy es fundamental. —La banda era accesoria para las cofradías, pero no para la persona a la que le llamaba la atención la música. Sí, para otros era totalmente accesorio, y de hecho muchas veces iba en la cruz de guía y había pasos sin música. —¿Es bueno o malo que ahora estén tan pendientes? —Por los dos lados tiene pros y contras. Lo bueno es por- que se le da la importancia que se le debe dar a la músi- ca, que es un arte más dentro de las cofradías, pero por otro se llega a unos límites que se salen de lo que debe ser la música. Se desvirtúa un poco el sentido que debe tener. La música es accesoria lo mismo que el bordado o todo lo que no sean las imágenes a las que se rinde culto. —Hasta su aparición las bandas de Córdoba no habían alcanzado un nivel tan alto. ¿Qué sucede ahí? —No sé. Pienso que es el trabajo o a lo mejor haber teni- do la iluminación divina de decir «tira por aquí, que es lo correcto». Es mi forma de pensar: si tiene más nivel o me- nos no soy quien lo juzgue. Sé de los defectos y virtudes que tiene mi banda, pero todo es trabajo, coger una línea, saber lo que quieres y tenerlo claro. Te podrás equivocar PASIÓN EN CÓRDOBA √ «Hemos promocionado a mucha gente que hoy día se gana la vida con la música. Mi banda y las demás de Córdoba han servido para abrir el camino» 24

o no, pero la línea que ha tenido la banda siempre ha sido esa, con mis errores y aciertos. —¿Tan claro lo tenía? —Claro, a mí me gustan las cosas buenas, jaja. Que lo con- siga o no es otra historia, pero busco las excelencias den- tro de las limitaciones que tiene uno. Siempre he inten- tado arrimarme a quien sabe, a quien creo que me puede aportar algo. Y muchas veces de quien menos te esperas aprendes cosas. —¿Y de quién aprende? —A los cuatro o cinco años ya tenía en las manos una gui- tarra. En el colegio formaba parte de la coral que había en aquella época. También creamos un coro infantil en la hermandad de la Estrella y luego con la banda del Císter. Estuve mis años en el conservatorio y aprendí de la ban- da de Arahal, Jesús Despojado, la Estrella de Alcalá de Guadaira, que venía a Córdoba. Y en cornetas y tambo- res, las Cigarreras, que era la más perfecta. —¿Qué tiene de psicólogo el que tiene que estar al fren- te de una banda más de treinta años? —Más que de músico, jeje. Piense que hay que tratar con personas de todo tipo, de distintas edades y posición so- cial, cada uno con sus circunstancias y problemas. Para que funcione el grupo tienes que ser buen psicólogo. Si eres buen músico y puedes aportar algo, mejor, pero lo principal para mantener el grupo siempre es la gente. —¿Aprenden más los músicos de uno o uno de los mú- sicos? —Aprendo de ellos e imagino que aprenderán de mí. —Hay un tópico que dice que las bandas sirven para sa- car de la calle a chavales que de otra forma caerían en malas compañías. ¿Eso es verdad? —Es una consecuencia de una banda. Nadie forma una banda para sacar a la gente de la calle, porque hay otros medios. Pero sí es verdad que es un instrumento que sir- ve para, no digo todos, a mucha gente ponerle en la vida, a una edad temprana, unos objetivos, una ilusión por algo, una disciplina, una forma de saber estar, que a lo mejor no van a encontrar nunca en la calle, ni quizá en su casa. —En bandas de cornetas y agrupaciones se ha pasado de obras muy artesanales a música muy sofisticada. —Ha cambiado, pero pienso que debe haber tanto la mar- cha sencilla, antigua y clásica con su encanto como las nuevas composiciones que, por supuesto, son otro mun- do distinto a lo que estamos acostumbrados. Cada mar- cha tiene su sitio, sumomento, y son compatibles. Ni cen- trar un repertorio en marchas antiguas, con las posibili- dades que hay ahora, ni tampoco en lo moderno y olvidar

«Tocar en tu Semana Santa es a lo que aspira todo músico. Aparte de que a lo mejor fueran de la Estrella, había gente del Huerto y la Santa Faz y le tocaban a su Cristo»

MANUEL LUQUE: «PARA QUE EL GRUPO FUNCIONE TIENES QUE SER MÁS PSICÓLOGO QUE MÚSICO»

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