ESPECIAL PASIÓN EN CÓRDOBA 2022

√ «Cada marcha tiene su sitio, su momento, y son compatibles. Ni centrar un repertorio en marchas antiguas, ni tampoco olvidar la esencia de una banda en la calle»

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no tomar autobuses y estar viajando, sino el tocar a lo tuyo, a tus imágenes, a las devociones de los músicos. Aparte de que a lo mejor fueran de la Estrella, había gen- te del Huerto y la Santa Faz y le tocaban a su Cristo. Hoy no siempre puede ser. —¿Se tiende a no valorar las cosas por tenerlas cerca, por ser de Córdoba? —El tiempo que hemos estado aquí el trato ha sido bue- no y nos han tenido en consideración, pero te das cuen- ta cuando vas fuera. Cambia la historia. Cuando llegamos a Málaga nos falta que nos echen una alfombra, o en Mon- toro, cómo nos quiere la gente del Resucitado, o en La Rin- conada. Hay un salto de calidad. —¿Qué ha aprendido en la Semana Santa de Málaga? —Hemos aprendido a valorarnos también a nosotros un poco. El contrato llegó en un momento en que se habían perdido contratos en Córdoba, bastantes en poco tiem- po, y la experiencia el primer año de cómo nos acogieron la hermandad y el público fue un impulso para venirnos arriba. Pensamos «no estamos tan mal, ni somos tan ma- los». Notas que te valoran. Y hasta que no vives la Sema- na Santa de Málaga no te haces una idea del nivel que tie- ne. La forma en que lo vive la gente, el nivel de las cofra- días es distinto al que conocemos. Es otro estilo al de Sevilla; habrá quien le guste o no, pero es de Champions. —¿Y en los pueblos? —Soy de pueblo, y el trato es más personal, más íntimo, y te encuentras con verdaderas joyas. En Osuna hemos estado algunos años tocando y la verdad que el Cautivo es magnífico, igual que el paso. Te llevas sorpresas. —En sus años con el Cristo de la Clemencia crearon una innovación al confeccionar un repertorio de marchas fúnebres para agrupación musical. ¿Cómo empezó? —Poquito a poco. Una piedra de toque fue la marcha ‘Al Cristo de los Faroles’, de Francis González Ríos, y el ir bus- cando por parte de la banda marchas que encajaron don- de estábamos: una cofradía de Viernes Santo, con un Cru- cificado muerto. Fuimos poco a poco, para ir viendo cuál podía ser el camino. Pienso que el resultado fue bueno. —¿Se entendió lo suficiente, recibió respuesta? —Sí, de hecho había gente de fuera que venía el Viernes Santo expresamente a escuchar las marchas que se le to- caban al Cristo de la Clemencia. Los conocíamos, porque

Manuel Luque, con su hijo Manuel, en la parroquia. Debajo, en un ensayo

venían a saludarnos todos los años. —¿Qué le gusta que se diga que ha aportado su banda? —Personalidad. No ser una copia de nadie y tener tu se- llo y que escuches la banda y la gente la identifique, igual que se identifica a muchas bandas cuando las escuchas. —Desde fuera el mundo de las bandas tiene fama de conflictivo, pero se ha creado una unión, aunque no es- tán todas. ¿Hay compañerismo o rivalidad? —De todo hay en la viña del Señor. La Unión de Bandas sí está ayudando a que haya una mejor sintonía, el limar po-

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PASIÓN EN CÓRDOBA

MANUEL LUQUE: «PARA QUE EL GRUPO FUNCIONE TIENES QUE SER MÁS PSICÓLOGO QUE MÚSICO»

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