Gurmé Málaga 5 - Invierno 2022

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Málaga Gastronómica

La buena cocina va por barrios

C. Mateos / M. Sánchez

Que la gastronomía de Málaga está en ebulli- ción es un hecho y que, buena parte de esta nueva movida en la cocina malacitana pro- viene de sus barrios está más que constatado. La paulatina “okupación” del turismo - o, al menos, de cierto turismo - ha convertido buena parte del centro en pasto de franquicias y grupos hosteleros que parecen los únicos capaces de pagar los altísimos alquileres y generar el suficiente volumen necesario para afrontar los disparados costes de los últimos tiempos. Los jóvenes emprendedores, los pro- yectos modestos y los pequeños locales han quedado relegadas, sin remisión, a los barrios más populares, donde hosteleros y clientes aún pueden costear los gastos de la fiesta. Es por ello que el mapa de los restaurantes interesantes de la ciudad se ha ampliado no- tablemente en los últimos años. Primero fue Teatinos donde fueron surgiendo proyectos tan interesantes como Palodú o La Casería atraídos por la cercanía de la universidad y los hospitales y por la pujanza de un barrio resi- dencial en pleno crecimiento. Parecido caso al de Yugo, en la Avenida del Pacífico, zona de natural expansión de la costa capitalina. Otros, simplemente ya estaban allí, pero han comenzado a recibir la atención que siem- pre merecieron. Es el caso, por ejemplo, de

Nerva, junto a La Victoria, de La Cantina, en Carranque, o de Hermanos Alba en El Palo. Restaurantes tradicionales, algunos ya en segunda generación, que han ido adaptándose a los cambios y cuentan con una fiel clientela labrada a pulso a través de los años. También es el caso de ese rara avis que es Rocío Tapas & Sushi, un pionero de la cocina japonesa cerca de Los Guindos. Y también hay proyectos rabiosamente jóve- nes y frescos, como el de Misuto y su fusión japonesa en pleno Pedregalejo, rodeado de barcas de espetos y olor a frituras, o el sor- prendente Primitivo y su cocina todoterreno en la barriada marinera de El Palo. O como la cocina desenfadada y libre de La Alvaroteca, a un paso de Cruz de Humilladero y la cocina marinera norteña de Mar de Verum en Cerra- do de Calderón. Esta es sólo una muestra de lo que pueden dar de sí otras zonas. Los barrios de Málaga se mueven y configuran, cada vez más, una oferta de calidad caleidoscópica y diversa que, junto a ese triángulo que siempre formaron el Centro, el Soho y La Malagueta, por fin están colocando a la capital de la Costa del Sol en el puesto que le corresponde entre las capitales gastronómicas más importantes del país.

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