GURME Sevilla 25 -Otoño 2022
ENTREVISTA
¿Suelen conocer a todo el que entra? Prácticamente sí, aunque la Basílica es un no parar y atrae a mucha gente que no es de la zona. ¿Y su público de diario les conoce bien a ambos? Y tanto, de hecho hay quien no sabe ni que ésto se llama Bar Esperanza porque muchos dicen: “vamos al bar de Isra...”. ¿Qué atención se ofrece al que llega? Para muchos de nuestros clientes esto es una extensión de su casa. Los hay de cierta edad que viven solos y les hacemos menú personalizado. Si un día llega alguien con antojo de algo procuramos tenerlo al día siguiente, porque ellos no cocinan y cada día se llevan la comida de aquí. Tenemos un buen cliente al que le cambiaron la denta- dura y no podía masticar, con lo que le tritu- rábamos toda la comida y hacíamos recetas pensando en él. Y en otra ocasión alertamos a la hija de una clienta habitual de que su cuidadora no la estaba tratando bien... ¿Cómo son las tertulias que se generan en el bar? La mayoría son de temática cofrade, porque en política procuramos no entrar y evitamos los temas susceptibles como el Sevilla o el Betis. Muchas veces las charlas se prolongan durante horas. Además de cofrades reciben con frecuencia a políticos, ¿suelen mezclarse los de distin- tos partidos? Al tener el Parlamento al lado vienen mu- chos políticos pero cada uno con su grupo. Si acaso se mezclan cuando salen a echar fuera un cigarro o si se cruzan al ir al baño, pero el cerveceo lo hace cada uno con sus compañeros de partido. Un día vino Ada Colau a comer y estaban poniendo en el Telediario los altercados que había habido en Barcelona con motivo de la Diada. Ella lo vio todo desde aquí...
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La Basílica es un no parar y atrae a mucha gente todo el año.
Llegamos una mañana de agosto al tramo más concurrido de la calle San Luis, donde ni el calor del mediodía ni la sensación de ciu- dad vaciada habitual del octavo mes afectan un ápice al trasiego que siempre hay junto a la Basílica de la Macarena. Nos recibe Israel Espárrago, al que todos conocen como Isra, y al poco llega una ajetreada Rocío Guisado de hacer unas compras. Ella está detrás de cada decisión que se toma en el bar Esperanza y su vecino bar Arco, gestionando con intuición todo lo relativo al negocio que comparte con su marido. Ambos reciben con una sonrisa al que llega y conocen por su nombre a buena parte de su clientela. Trato cercano, ambiente de barrio y cerveza a precios populares son tres indicativos de que estamos ante el típico establecimiento de parroquianos, en el que se dispensa autenti- cidad en cada caña. Además de los estable- cimientos Esperanza y Arco, cuentan con un local para eventos y una tienda de moda a escasos metros, concentrando en una sola manzana hasta cuatro negocios bajo la batuta de ambos. ¿Siempre hay tanta vida en el bar durante agosto? En esta época hay muchos que se van pero también hay muchos que llegan y todo el que viene a Sevilla pasa a ver a la Virgen y a tomarse después una cervecita. De todos modos, este no es un bar de turistas a pesar de estar en el centro. Es un bar de barrio y la mayor parte de los clientes que tenemos son parroquianos de toda la vida.
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