Mayores_Sevilla_Numero_03
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VIDA COTIDIANA
Día a día en la residencia de El Ronquillo
Algunas tardes viene Paqui con las manualidades y los niños de su taller. Al atardecer damos una vuelta por el recinto y nos preparamos para la cena. La cena es temprano. Después, un rato de char- la y televisión y a acostar- se. Quien quiere se acuesta antes y el que no, después. En la noche nos llevan tila y leche. Dormimos tranquilos porque sabemos que por la noche vienen a darnos vuel- tas. Nos gusta la vida en la residencia porque nos senti- mos seguras.
cinas, viene la enfermera y nos las da. Y después, con Fernando, a gimnasia. Tenemos un buen fisio- terapeuta, un buen maestro de gimnasia. A los que nos hace falta, nos pone calor. Después, con María, nuestra psicóloga, hacemos múlti- ples actividades: pintamos, escribimos, hacemos cuen-
tas, ejercicios de la mente… Después de las activida- des, al almuerzo, que unas veces nos gusta y otras no. Y después, a descansar, una siesta grande, con los pies en alto y la cabeza bien apo- yada. Por las tardes quere- mos tranquilidad: vemos la tele, damos paseos y estira- mos las piernas y el cuerpo.
Los mayores de El Ronquillo cuentan cómo es un día normal
Centro Residencial de El Ronquillo
Dice Ana que se le hacen muy cortos los días en la re- sidencia, y sus compañeras lo corroboran. Comentan que, tempranito, aparece por la puerta la terapeuta, cargando con una toalla y una esponja, espabilando al personal con una pregunta sencilla: «Hola, buenos días, ¿una ducha?». Lo primero es una ducha o aseo, ropa lim- pia y para el comedor. Vamos al desayuno: café con leche, chocolate, zumo, tostaditas con mantequilla, aceite o paté, o unas galletas o magdalenas, lo que mejor nos parezca esa mañana. Las que necesitamos medi-
Usuarios del Centro Residencial de El Ronquillo
Las Olimpiadas en la UED La Doctora
UED La Doctora
ferente y se iba anotando en la pizarra del salón. Después de varios días de agotadoras pruebas (tengo 92 años), la pasada semana fue la entre- ga de trofeos y mi equipo y yo ¡hemos ganado! Sentía la necesidad de com- partir mi alegría con alguien. Aún no lo saben mis hijos, ve- réis cuando se lo cuente.
Durante varias semanas en el centro se han ido desarro- llando pruebas por equipos. Mi equipo era el país de Italia. Eran diferentes pruebas: de conocimiento, de habilidad, de puntería, lanzamiento de altura, bolos… Cada prueba puntuaba de una manera di-
Las ganadoras de estas originales olimpiadas
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