PATIOS CÓRDOBA 2022

4 Especial Los Patios en Córdoba y su provincia SÁBADO, 07 DE MAYO DE 2022

ABC abcórdoba.es

OPINIÓN

Contemplar un Patio cordobés

JOSÉ MARÍA BELLIDO ALCALDE DE CÓRDOBA

C ontemplar un patio cordobés es embriagarse del aroma de las gita- nillas, del aroma a tierra mojada que nos transporta a la infancia, del sabor de la cal que cubre sus muros como un maquillaje antiguo, del perfume de las casas que atesoran el rito pretérito que se guarda como un tesoro de generaciones y de la esencia, cuando todos se funden, de la ciudad misma cuando bulle en sus bal- cones, pero también en el interior de sus casas, sobrias en sus fachadas, pero que guardan la belleza desbordada en el cora- zón de las mismas, para que las descubra- mos. Contemplar un patio cordobés es viajar en el tiempo. Repasar la infancia de la mano de nuestros mayores, cuando los veíamos con asombro cuidar cada planta, cada detalle, cada día, cada atardecer de la primavera de nuestras vidas. Es sentir nos- talgia, pero a la vez satisfacción porque ese legado que es nuestra patria emocional se mantiene en el tiempo, intacto, como la Córdoba que soñamos y en la descubrimos detalles inadvertidos antes, en cualquier paseo. Es tener la certeza del que, en el futuro, la ciudad no solo no perderá su esencia, sino que está -por suerte- más que

«LOS CORDOBESES ESTAMOS ORGULLOSOS DE MAYO, DE LOS PATIOS, DE SUS CUIDADORES, DE NUESTRA TRADICIÓN INALTERABLE, LA MISMA QUE NOS CARACTERIZA NOS DA NOMBRE Y RAZÓN DE SER»

asegurada. Contemplar un patio cordobés es mirar de frente, como en una máquina del tiem- po, la historia de una urbe que, como can- taba el inolvidable Pablo García Baena, es eterna. Cualquier patio en el que entremos guarda esomismo, la eternidad en algo tan efímero como una planta y tan estable como la estampa de lamisma en ese encla- ve, como si fuera la misma repetida. Es esa alma expuesta a los ojos ávidos por con- templarla, disfrutarla, recrearla, imaginar- la y volver a verla en nuestro interior una y otra vez, como una letanía invisible y maravillosa. Contemplar cualquier patio es contem- plar a los demás y, paradójicamente, la sin-

gularidad de cada uno de los que posee la ciudad en sus corazón histórico. Contemplarlos es recorrer los barrios de una Córdoba, que se derrama en flor, desde San Agustín al barrio del Alcázar Viejo, como si extendiera sus arterias a la prima- vera que se admira de ella. Por eso, los cor- dobeses estamos orgullosos de mayo, de los patios, de sus cuidadores, de nuestra tradición inalterable, la misma que nos caracteriza nos da nombre y razón de ser. Por ellos, nos visitan miles de personas y por ellos salimos a su búsqueda para des- cubrir y disfrutar, con la certeza de Córdoba se entiende en sus patios y los cordobeses enarbolamos con orgullo una de nuestras mejores tradiciones.

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