Pregón de Semana Santa Joaquín Romero Murube

PRZOON DZ LA SBKANA SANTA

No olvidemos esto, porque estimamos que es un rasgo característico, fundamental en la psicología sevillana, y que, sin embargo, la �te no lo ha apreciado ba!,o,, tante. El sevillano lo mide, lo calibra todo. El primero a quien yo lé oi señalar esta éara.cterlstica de la psi­ quis hispálica fué a don Miguel de Unamuno. Estaba yo en Salamanca, en los meses finales del afio 1936, y tenla vivos deseos por conocer a aquel gran espai'lol, que hoy seguramente estará en los cie­ los, porque Dios le habrá perdonado sus grandes erro­ res, en atención a que era bueno de corazón y tenla hambre de eternidad. Salía don Mi gu el a pasear por la carretera de Zamora, a través de los campos de la Armuña, los mlls feraces de Espalla. Aquella tierra negra e infinita la scntia don Miguel como si fuera su propia carne. Tenía el infantilismo de describirla con todos sus accidentes, nombres, pueblos, aldeas y ve­ cinos. Paseábamos una tarde con él, y como yo le pre­ guntase su parecer sobre Sevilla, me contestó rápido. haciendo un alto en la marcha, y clavándome los es­ pejuelos de sus grandes ojos de lechuza: -Los sevillanos son finos y fríos; por eso yo no los entiendo bien, porque yo soy desordenado y vehe­ mente. Y me contó la siguiente anécdota: en Salamanca

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