Revista EnSalsa 2 Primavera 2022

ENTREVISTA

dónde radica el triunfo de un local que mantie- ne a su clientela de siempre sin ningún cambio y recibe a un público joven que busca buenos aperitivos y precios populares. En 2017 Las Cancelas celebró su 50 aniversario en una mul- titudinaria fiesta en la calle que superó con creces todas las expectativas de la familia Vázquez. Aquel inolvidable festejo es el momento más emotivo que recuerdan los her- manos de los años que llevan de profesión. Las imágenes del evento pueden verse en un vídeo colgado en YouTube, grabado por el locutor de radio Paco Mangut. Un documento audiovisual que da fe de los lazos de amistad que pueden llegar a tejerse en torno a un bar. Habéis mamado este ambiente desde peque- ños, ¿no os planteásteis otra salida laboral? A nosotros nos gustaba, a mis otros hermanos no tanto y buscaron otra cosa. Y luego las cir- cunstancias personales, por ejemplo, mi her- mana tuvo que ayudar a mi madre, que cayó enferma. Nuestros inicios han sido de la mano de nuestros padres y nos sentimos contentos, satisfechos y orgullosos. ¿Cuáles son los cambios más significativos que ha vivido en este tiempo el bar? Lo más significativo es la gente joven que esta- mos recibiendo a partir de la pandemia, cre- emos que es por los pinchos y los precios que tenemos, porque vienen incluso por la noche a tomar copas. ¿Cómo son vuestros clientes? Además de personas del barrio, la mayoría de clientes son de fuera. Son gente sana y buena, no podemos tener quejas de la clientela. ¿Se crean relaciones estrechas en el día? Sí, esto termina convirtiéndose en una familia, «Nuestros clientes son del barrio y de fuera, gente sana y buena, no podemos tener quejas de ellos»

La confianza con el cliente en Las Cancelas se percibe nada más cruzar su puerta, en el número 1 de la calle Ceres de Cáceres. «Algu- nos tienen un colchón Flex aquí», espeta en voz alta al entrar un parroquiano en alusión a otro de los fijos un jueves de marzo a las cua- tro y media de la tarde mientras se disputa una animada partida de dominó, «que aquí llama- mos chamelo». El tono de colegueo manda en este castizo bar de barrio, donde no hay inno- vaciones culinarias –sino apetitosos pinchos de cortesía con la consumición y raciones tra- dicionales– ni mobiliario de diseño. Sufrida barra de acero inoxidable, tragaperras, máqui- na de tabaco, despacho de lotería, televisión y música de emisora comercial entre el jaleo y los golpes secos de las fichas, de fondo. Un clá- sico de clásicos. Los hermanos José y Francisco Vázquez, con su hermana Nieves, se hicieron cargo del negocio que montaron sus padres al regresar de Alemania en 1967. Ellos llevan 34 años detrás de una barra donde hay que ser «honesto» y «educado», afirma José, quien contesta a las preguntas de En Salsa y desvela

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