Sevilla Mucho por Descubrir
85 /// SEVILLA, MUCHO POR DESCUBRIR
Arquitectura para los sentidos: Casa de Pepe Hara Frente a la iglesia de San Bartolo- mé y en la calle con el mismo nom- bre se levanta una de esas vivien- das para pararse detenidamente frente a ellas y admirarla: la cono- cida como Casa de Pepe Hara, un edificio señorial que data de 1930. Esta casa con toque modernista destaca no sólo por su triple planta y color amarillo frente al blanco del resto de viviendas, sino también por su llamativa balconada forja- da corrida. En esta casa se celebró el primer casino de labradores del municipio de Aguadulce.
Iglesia parroquial de San Bartolomé, originaria del siglo XVIII
FOTOS: D. ANTONIO MANUEL GORDILLO VÁZQUEZ
Puente de piedra de Aguadulce, de origen renacentista, que data de 1956
Huerta de las Almenas, del estilo neomudéjar, con azulejos de las Habas Giralda
En fechas en las que las caminatas al aire libre se han convertido en un lujo y la vuelta a los orígenes en la gastronomía se ha puesto de moda, Aguadulce se erige en una joya para los sentidos, porque lo tiene todo. Visita obligada. Un paseo por las huertas de la campiña AGUADULCE
los sentidos. Si no, atención a sus habas, que son reconoci- das internacionalmente des- de la Exposición de Viena de 1873. Para presumir de cul- tivos, además de surtir a casi toda la comarca, se creó la Ruta de las Huertas, donde es fehaciente la riqueza agríco- la de Aguadulce, así como la permanencia de la tradición como esencia. Para entender mucho mejor la importancia de la huerta en la vida de este municipio de la campiña, se recomienda la visita al Centro de Interpreta- ción de las Huertas, donde los propios agricultores explican el día a día de labranza, las he- rramientas y todo lo relacio- nado con los cultivos predo- minantes en la zona. Tendrás la oportunidad de visitar hasta 10 huertas de la zona, entre las que destaca, por ejemplo, la Huerta de las Almenas, de estilo neo-mudéjar. El círculo se completará si te sientas a la mesa a disfrutar no sólo de sus habas; deléitate con sus alca- chofas, berzas o tagarninas cocinadas con un buen aceite de oliva, igualmente produci- do en sus propias almazaras. Y no olvides que también son
típicas las chacinas de morci- lla y chorizo. La arquitectura de Aguadulce es la de un típico pueblo sevilla- no con casas de una o dos plan- tas donde la cal de sus fachadas hace brillar aún más el sol del que disfruta este rincón sevilla- no. Pero también destacan sus cortijos y haciendas, que traen al presente un pasado de la- branza a través de la estructura de sus estancias. La iglesia principal del munici- pio es la de San Bartolomé, su patrón —celebra su festividad el 24 de agosto—, y data del si- glo XVIII. Se trata de tres naves separadas por pilares con arcos de medio punto. Aunque uno de los tesoros de esta parroquia es originario de un siglo anterior: y se trata de un óleo sobre tabla en el que se representa al Niño Jesús como salvador del mundo y que se guarda habitualmente en la casa rectoral. Si ya estás en la iglesia, rodéa- la para descubrir el Jardín de Dolores. Y sí, a pesar de ser propiedad del municipio, se le ha dado el nombre de la vecina que con mucho mimo se en- carga de cuidarlo como si fuera suyo propio.
En sus alrededores, Aguadulce ha tenido que construir varios puentes para salvar el río Blan- co, como por ejemplo un impo- nente puente de piedra de cin- co ojos que data de 1596. Está claro que en la situación actual, donde se recomiendan las salidas al aire libre, paseos por la Naturaleza y en lugares sin aglomeración, Aguadulce se convierte en un privilegiado destino. Incluso Miguel de Cer- vantes no dudó en hacer parada aquí en sus rutas de Granada a Sevilla. Disfrutar de su natura- leza, en enclaves como el Río Blanco, el Arroyo Grande o el Matorral de Rompe Esquina, o montar caballo en sus parajes, como hiciera Miguel de Cervan- tes, es un lujo al alcance de to- dos aquellos que se aproximen a Aguadulce.
L as distintas apariciones de objetos, enterramien- tos y otras ruinas a lo largo y ancho de la extensión de Aguadulce delatan el indis- cutible pasado romano de la localidad. En plena campiña sevillana, junto a los munici- pios de Osuna y Estepa, y con buena conexión con la capital al situarse al pie de la A-92, el visitante podrá saber que está en Aguadulce por el paisaje de olivar y sus típicas huertas. Historia y naturaleza se funden para ofrecer una visita única. Paseando por sus huertas se pueden observar verduras y hortalizas de máxima calidad que hacen que sentarse a la mesa sea un lujo para todos
PATRIMONIO Gastronomía
Cervantes ya eligió Aguadulce como parada en sus viajes de Granada a Sevilla
Tradición y buen hacer. Es lo que tiene vivir principalmente de la agricultura, que cuando te sientas a la mesa la amal- gama de sabores frescos es apabullante. Aquí vivirás esta sensación. Naturaleza Huertas, olivares,... el paseo por Aguadulce se torna muy agradable para estar en pleno contacto con la campiña. A pie, en bici o a caballo: tú eliges.
Made with FlippingBook - professional solution for displaying marketing and sales documents online