Sevilla. Taller de Mayores 4. 17-10-2017
17 de octubre de 2017 Número 4
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EXPERIENCIAS PERSONALES
Mi mejor receta: la paella
Cuando llegué al Colegio, mi vida cambió por completo
Taller de Cocina en Reifs Guadaíra
Que nadie se quede solo habiendo colegios como éste
FRANCISCO MUÑOZ Centro de Mayores Guadaíra, Grupo Reifs
Soy Francisco Muñoz y quie- ro contaros que hoy he co- menzado un nuevo Taller de Cocina en la Residencia de Mayores Guadaíra, de Gru- po Reifs. Desde siempre me ha gustado hacer de comer y probar distintas recetas; hasta me hice un blog que llamé «Las recetas de Paco España». Y, cuando me pro- pusieron comenzar esta nueva actividad, me encantó la idea. Hemos empezado ha- ciendo una paella, mi plato estrella, y todos mis com- pañeros me han dado la enhorabuena por cómo ha salido. Os dejo la receta por si queréis hacerla algún día: Para el sofrito, hemos parti-
PAQUITA VÁZQUEZ UED Buhaira
Nací en Tocina hace 93 años. Mi vida ha sido muy desgra- ciada. La infancia fue difícil, mi madre sufrió al máximo, con decirle que «se fue» tu- berculosa… Cuando fui mayor, ten- dría yo unos 12 ó 13 años, empecé a coser, y la vida de coser, de trabajar en la calle, fue muy bonita porque estu- ve muy contenta. Yo iba a las casas a coser. Entonces me salió el novio y con el tiempo me casé, hace 57 años. Fui muy feliz en mi ma- trimonio, pero ya murió mi marido. Me quedé viuda hace más de 14 años. Tuve cuatro hijos, fueron muy buenos y se casaron. Enton- ces, se vinieron a casa cuatro hermanos míos (de seis que éramos) y los cuatro murie- ron. La última que murió fue mi hermana Angelita. Parece que sabía que se moría: me pidió que le hiciera una foto y que la sacara en grande, y cuando mi nieta nos hizo una foto a las dos y la imprimió, se le enseñé, le dije: «Mira Ángeles, tú has salido más guapa que yo», y entonces la cogió y dijo: «Sí, pero le hace falta un marquito», y murió. Ella fue la que me dejó más sola, porque yo no pue- do estar sola en casa, y en-
A Francisco siempre le ha gustado la cocina
do a trozos tomate, pimien- to verde y rojo, cebolla y ajo. Seguidamente, lo hemos puesto a fuego lento y le hemos añadido guisantes y el marisco (mejillones, gam- bas, langostinos, chipirones y almejas) con un poquito
de vino blanco y el caldo de haber cocido las cabezas de las gambas y los langosti- nos. Cuando todo estaba lis- to, hemos echado el arroz. Y, tras dejarlo reposar unos minutos, lo hemos degusta- do todos juntos en la cafete-
ría de nuestro centro. ¡Esta- ba bueníiiiimo! Gracias a los compañe- ros de Terapia y de Cocina por ayudarme en la receta y también a los compañeros de Cafetería. He pasado una mañana inolvidable.
Paquita Vázquez está muy contenta en la UED Buhaira
El punto también es cosa de hombres
tonces fue mi hija la que me habló de este centro. Cuando entré en mi cole- gio, mi vida cambió. Yo estoy aquí muy contenta, llevo ya ocho años, y entrando por las puertas «veo a Dios por delante», porque más con- tenta, imposible. Me encuentro muy feliz, y a mi hija le gusta, porque ella disfruta saliendo con su ma- rido. En el colegio se hacen di- bujos, cuentas, trabajos ma- nuales, gimnasia... Hay veces que salimos a ver a la Virgen, cuando es Semana Santa.
También vamos al Cerro del Águila a ver a los niños del Colegio Ruemy. Lo que más me cuesta es el dictado.
No es para alabarme, pero en la última actividad antes de irnos a casa, la señorita nos preguntó que qué había- mos hecho por la mañana, después del periódico, y na- die se acordaba siendo más jóvenes que yo, y yo me acor- daba: el Taller de la Orienta- ción. Yo le recomendaría a las personas mayores que yo conozco que entren lo antes posible, porque aquí se está muy bien, y a mí me gustaría que aquí hubiera camas. Que no se queden solos habiendo colegios como éste.
también gimnasia. Hacemos excursiones, celebramos fies- tas… En fin, que no paramos. Os voy a contar mi aventu- ra con el punto. Un día esta- ba en el salón y me llamó la animadora y me dijo: «Pepe, te voy a enseñar a hacer go- rros». Mi cara era un poema, no me veía yo haciendo go- rros de lana, pero como el saber no ocupa lugar, le dije que probaría suerte. Aprendí en un momento y ya habré hecho unos cien. Es muy fácil, ¡no se necesi-
tan agujas! Hago gorros para niños y mayores, mis com- pañeros me los encargan para ellos y sus familiares. Los hijos de los trabajadores tienen el gorro del «abue- lo Pepe» hecho con mucho cariño y amor. También he aprendido a hacer bufandas y calcetines. Así es que ya sabéis, si queréis, me traéis la lana que os guste y yo me pongo ma- nos a la obra, a trabajar, que llega el frío y no quiero que os resfriéis.
José nos cuenta cómo nació su afición
« Me encuentro muy feliz y a mi hija le gusta»
JOSÉ MORENO Asisttel Aljarafe de Tomares
Ingresé en la residencia de Asisttel el día 2 de febrero de 2015, aunque ya llevaba más de un año asistiendo al cen- tro de día. Estoy muy conten- to porque aquí se está muy bien, hacemos memoria y
Aquí se han hecho muchí- simas cosas: un nazareno, un corazón… todos mis trabajos los tengo guardados en casa.
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