Así Fué Córdoba 2023

6 ASÍ FUE CÓRDOBA 2023

ABC

DOMINGO, 31 DE DICIEMBRE DE 2023

abc.es

RAÚL DOBLADO / ABC

Efectivos policiales junto al tren donde apareció el cuerpo de Álvaro entre dos vagones electrocutado el 16 de octubre

Barcelona, con parada en Córdoba. Fue desalojado del mismo y de la zona de acceso a los convoyes. ADIF y Ren- fe contarán después en un informe que el joven intentó coger otro en la zona de atención al cliente y taquillas. Primero se comprobó que tenía el bi- llete de vuelta, luego se le ofreció un cargador para su móvil que se quedó sin batería —no encajaba— y en el mos- trador no pudo comprar otro ticket de vuelta pues el dinero que poseía era insuficiente y la tarjeta estaba ac- tivada en el teléfono. Una sucesión de fatalidades envuel- ta en varias preguntas: ¿Auxiliaron de manera apropiada a Álvaro? ¿Por qué no emplear un teléfono fijo para hacer una llamada a casa? ¿Por qué siguió empecinado en acceder a las vías del tren y no buscar ayuda fuera de la es- tación a sus propios amigos, a la Poli- cía,...? Personal de Renfe contó enton- ces que hubo dos amagos más de en- trar al recinto desde las calles aledañas o la propia zona logística de la esta- ción. Todas fallidas. Siguió caminan- do por Kansas City con la misma idea entre ceja y ceja. Una testigo aseguró haberlo visto caminar hacia las 10.00 horas por las inmediaciones del puen- te de la carretera de Carmona, por don- de lograría, a través de una valla rota, introducirse en las vías de un nodo fe- rroviario en alerta 4 antiterrorista por esos días. Y fue a parar al tren en el que perdió la vida al trepar por las gomas de enganche de los vagones. El acci- dental y trágico final que aúnmantie- ne una investigación judicial abierta.

La muerte accidental de Álvaro Prieto sumió a toda España en unas desesperantes jornadas de búsqueda y preguntas sin respuesta definitiva. Quería volver a casa, a toda costa Cien horas viviendo a Álvaro

acceder a las plataformas y andenes de Santa Justa con el mismo propósi- to sólo pueden testimoniar que en su mente sólo había un objetivo: regre- sar a Córdoba. El efecto de su desapa- rición dejó a muchos jóvenes como él y a muchas personas que ni lo cono- cían sumidos en una profunda deses- peración. Unos rezaron, otros quisie- ron ayudar a encontrarlo y los hubo que sólo querían arropar a sus padres y a su hermana en ese trance. Los in- tensos momentos que se vivieron en la iglesia de San Juan de Todos los San- tos (La Trinidad) el día de su funeral responden a lo que aquellas cien ho- ras dejaron en el interior de decenas de miles de almas. Álvaro, un universitario de primer año de ingeniería al que todos desta- caban como jovial, disciplinado y muy deportista (amante del fútbol desde muy pequeño), tenía un objetivo muy claro: debutar con el primer equipo del Córdoba CF en El Arcángel. Militaba en el juvenil, era un portento físico y

encaraba una temporada muy impor- tante. El miércoles 11 de octubre deci- de viajar a Sevilla a pasar una noche de fiesta con unos amigos cordobeses que estudian en la capital hispalense. Sacó billete de vuelta temprano, como muchos jóvenes hacen gracias a los múltiples enlaces entre ambas ciuda- des y la gratuidad de ciertos trayectos. Junto a su amigo inseparable Álva- ro, remató la noche en una discoteca de Sevilla Este, y casi como a Cenicien- ta, el tiempo apremiaba sus instantes de felicidad. Llegó a la estación pero el media distancia se había marcha- do. Bajó a los andenes de cercanías y cruzó las vías para colarse en un AVE que esperaba salida más tarde para El hallazgo Un cámara de TVE se topó con la dantesca imagen del cadáver cuando hacía una conexión en directo

FRANCISCO J. POYATO CÓRDOBA D esde que Álvaro Prieto aban- dona la estación de Santa Justa aquel fatídico 12 de oc- tubre hasta que su cuerpo es hallado de manera inesperada por un cámara de TVE en una bahía de tre- nes averiados pasaron cien horas en las que su rostro, su historia y su de- saparición se coló en nuestras casas como si aquel robusto juvenil del Cór- doba CF fuese de nuestra propia fa- milia. Su desgraciada muerte, electro- cutado al intentar subir a unos vago- nes parados, pero conectados a las líneas eléctricas —justo el tren que su- frió un accidente meses antes en Al- colea—, conmocionó a todo un país que aún sigue preguntándose qué se le pasó por la cabeza. Esa pregunta no tendrá nunca res- puesta. La impetuosa necesidad de su- bir a aquel tren que perdió a las 7.35 horas y los posteriores intentos por

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