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A continuación, sintetizamos en la figura 10 una posible progresión metodológica para favorecer la cesión de autonomía al alumnado y su nivel de aprendizaje en función del empleo de diferentes estilos o técnicas de enseñanza (se pueden usar al aplicar modelos pedagógicos).

Instrucción directa Profesor ejecuta y alumnado repite; feedback in situ

Enseñanza recíproca Alumnado con rol que haya aprendido los movimientos, puede supervisar y ayudar a sus compañeros

Parejas-comprueban-ejecutan Docente da feedback a los que supervisan que, a su vez, usan recursos con claves Figura 10. Propuesta de progresión metodológica en función de la autonomía del alumnado y su nivel de aprendizaje 2.3. Aprendizaje basado en juegos En educación, y EF en particular, han ganado popularidad las metodologías que emplean el juego con la finalidad de aprender a través de ellos (Lamoneda y Flores-Aguilar, 2022). Mora (2017) justifica su utilización a nivel pedagógico señalando que el juego actúa como un catalizador del aprendizaje por su naturaleza vivencial y placentera que hace que se potencie la expresión emocional y se conforme un hábito más duradero gracias a esa experiencia positiva del alumnado. Afirma que cuando jugamos, se generan determinadas sustancias neuroquímicas que favorecen el aprendizaje, como las endorfinas (felicidad); dopamina (motivación y compromiso); serotonina (placer); oxitocina (mejora de relaciones sociales). Del mismo modo, el uso del juego con fines educativos favorece que se elaboren diseños más atractivos y divertidos para el alumnado, al mismo tiempo que incide positivamente en el clima de aula. Esto puede generar en el alumnado mayor compromiso y participación, y cohesión y confianza entre iguales, influyendo así en un aumento de su motivación intrínseca (Lamoneda y Flores-Aguilar, 2022). En este sentido, cuando planteamos un ABJ no debemos reducir el atractivo del juego a la simple diversión o incentivos extrínsecos (recompensas), sino más bien de utilizar el juego con intencionalidad pedagógica que atienda a dos fases bien diferenciadas: (1) Fase de identificación de los objetivos de aprendizaje, en aras de planificar los aprendizajes que pretendemos desarrollar en nuestro alumnado (objetivos de aprendizaje) y el proceso de evaluación.

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